Usted está aquí
A cada molestia digestiva, el alimento adecuado
Todos padecemos de vez en cuando molestias en el aparato digestivo. Aunque se traten con medicamentos, como los protectores estomacales, si no se complementa con la comida conveniente la mejoría tarda en llegar.
Las dolencias gástricas no solo se concentran en el estómago, también el intestino delgado, el colon, el esófago, el hígado, el páncreas o la vesícula biliar pueden verse afectadas como partes del aparato digestivo.
El doctor Fernando Luca de Tena, especialista en aparato digestivo del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas de Madrid, nos da las pautas de alimentación para cada dolencia.
Gastritis
Cuando el revestimiento del estómago se inflama a causa de algunos medicamentos o alimentos fuertes, como los picantes, se produce un dolor intermitente y agudo que de forma momentánea se calma cuando comemos algo.
Es la gastritis aguda que, si no se controla, puede derivar en crónica. Para esta enfermedad lo fundamental es una dieta sin ácidos, evitando comidas elaboradas y contundentes porque estimulan la secreción ácida y agrava las molestias.
Lo ideal es una dieta suave como carne o pescado al horno o plancha, nunca rebozados, y arroz blanco, patata cocida o pasta sin salsas, sobre todo de tomate, solo un poco rehogada con aceite. Las bebidas de cola, aunque tengan gas, suelen calmar el dolor, recomienda el doctor.
Reflujo y ardores
El reflujo o acidez estomacal provoca una sensación de ardor en el esófago que sube hasta la garganta y la boca. Y se produce porque la válvula que separa el esófago del estómago, el cardias, en lugar de cerrarse inmediatamente después de que entre el alimento en el estómago se queda abierta y permite que el ácido suba por el esófago produciendo una sensación de irritación.
Una sensación que se produce normalmente después de comer en exceso, platos contundentes y que puede empeorar si la persona se inclina o recuesta y en situaciones concretas de estrés o de embarazo.
Vómitos y diarreas
Los vómitos y diarreas producidos puntualmente por una indigestión deben ser tratadas con hidratación y dieta absoluta en principio y luego blanda.
“No se espera el tiempo conveniente de 24 o 48 horas sin comer, sólo con hidratación. Y esto provoca que el malestar se vuelva a producir”, apunta Luca de Tena.
Lo conveniente es esperar uno o dos días, solo a base de agua, y posteriormente ir introduciendo infusiones, pan tostado para desayunar con muy poco aceite y un poco de jamón, y luego dieta blanda a base de arroz, patata y pasta.
“En el caso de los vómitos, es bueno tomar un alcalino como el aloe vera. Las bebidas de cola también hidratan y suavizan las molestias”, añade el experto.