Con la emergencia sanitaria salieron a la luz un sinfín de acciones, procesos y hasta actitudes frente a la vida que antes, por las prisas con que se desarrollaba la cotidianidad, por el egoísmo y por el capitalismo brutal, muchas veces se dejaban pasar de largo.

Hoy brillan, además de resultar evidentes, los esfuerzos del día a día del sector salud; de quienes ofrecen servicios, educación y de los comunicadores.

De esta época habrá un sinnúmero de experiencias que derivarán en lecciones que serán de enorme utilidad para la convivencia en el futuro.

Los valores que se están poniendo a prueba, desde ya, son los del respeto por la vida, la educación, la empatía, la civilidad, el orden y la disciplina.

Resulta decepcionante que algunos mexicanos, tristemente nuestros compatriotas, hayan agredido a personal de salud del País. ¿Cómo poder hacer entender a esa parte de la población que con sus acciones no sólo se denigran, sino que ponen en riesgo el sistema que está salvando las vidas?

Hugo López-Gatell, el subsecretario de Salud, usualmente ecuánime a la hora de responder preguntas en la conferencia que sustenta todos los días a las 7 de la tarde, mostró un cierto grado de desesperación cuando, en días pasados, escuchó preguntas de un reportero que insistía en una información que el subsecretario se ha encargado de responder una y otra vez. “Ayuden ustedes”, dijo, palabras más palabras menos, “a difundir esta información”. Información, ha insistido, además está en la página dedicada al coronavirus.

Y es que en eso precisamente está la clave. En la información. Entre las personas que atacaron a enfermeros; entre las que abonan al desconcierto no siguiendo las medidas precautorias obligatorias, está principalmente la falta de información. Ignorancia a la que se agrega el enfrentamiento a la autoridad. La idea de no creer a las autoridades.

El reto es mayor y muy complicado para este sector de la población. Pues es este grupo que prefiere no enterarse y piensa que detrás de todo hay signos de autoritarismo, el que está poniendo en grave riesgo no sólo a sus personas, sino al grupo comunitario que vive a su alrededor.

Las lecciones de esperanza y de fortaleza de la sociedad quedarán también, por fortuna, grabadas para muchos. ¿Habrá un nuevo tipo de sociedad que renacerá fortalecida? Así lo esperamos.

Muchos se han sumado a iniciativas para apoyar, desde los hogares y algunos en el frente, con precauciones y cuidados, facilitar las cosas para los más vulnerables. Que son muchísimos, por desgracia, en un País como el nuestro.

En este momento, afectados los hay en todos los ámbitos, desde los más desprotegidos, los que se han quedado sin empleo y la propia gente que los emplea.

Ya en la semana anterior señalaba aquí algunas acciones de la sociedad civil organizada. Sigue la distribución de alimentos en nuestra ciudad por parte de algunos restaurantes. Sigue la ayuda desinteresada de otros a través de las redes sociales.

Hoy por hoy, la idea es tomar conciencia y ayudar. Imposible no hacerlo. Formamos parte todos de un sólo barco. Ojalá y se propulse entre todos una mayor información para de este modo entender la gravedad del asunto y remar juntos.

EDITORIAL DE MIGUEL ÁNGEL PORRÚA

El sector cultural ha sido también sumamente sacudido en este momento de paro de actividades. La editorial Miguel Ángel Porrúa, librero-editor, lanzó un sistema de adquisición de libros a través de unos bonos de compra entre los mil 500 títulos en existencia. El 100 por ciento de lo recaudado se aplicará al equipo de trabajo de la editorial afectado por la emergencia.