El presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, recibió hoy en Madrid al jefe del Ejecutivo de Cataluña, el independentista Quim Torra, en una cita que pretende distender posturas y buscar una salida a una de las peores crisis institucionales abiertas en las últimas décadas en España.

Es la primera vez que ambos dirigentes, recién llegados a sus respectivos cargos, celebran una reunión formal. Sánchez recibió a Torra con una apretón de manos en el el palacio presidencial de La Moncloa.

Según adelantaron medios españoles, el jefe del Gobierno español planteará a Torra propuestas sociales y económicas para Cataluña, pero rechazará negociar cualquier propuesta que vaya encaminada a una posible ruptura de la región con el resto de España.

El "president" catalán, por su parte, insistió en los últimos días en seguir avanzando "hacia una república independiente”.

"Arrancamos la reunión decididos a dar un paso al frente para devolver la normalidad a España, con respeto a la Constitución y con la confianza de que el dialogo institucional abra vías de entendimiento", expresó Sánchez en un tuit acompañado de una imagen en la que aparecen ambos dirigentes conversando.

Por su parte, Torra explicó en la red social poco antes del encuentro que explicará a Sánchez "la gravísima situación que el Estado español ha creado en Cataluña" con "voluntad de escuchar la solución que propone”.

El encuentro está marcado por el reciente anuncio de Sánchez de impugnar ante la Justicia la moción aprobada la pasada semana en el Parlamento catalán para reafirmar la voluntad de caminar hacia la independencia de la región.

Es la primera vez en año y medio que un "president" catalán entra en La Moncloa. El último en hacerlo fue Carles Puigdemont, cuando en enero de 2017 fue recibido por el ex jefe del Gobierno Mariano Rajoy, aunque en esa ocasión el encuentro no trascendió hasta después.

Sánchez llegó al Ejecutivo el pasado 1 de junio gracias a una moción de censura contra Rajoy. Torra, por su parte, fue elegido "president" días antes tras varios intentos frustrados de los separatistas catalanes para formar Gobierno en la región tras las elecciones de diciembre, que fueron convocadas tras la destitución de Puigdemont.

La crisis catalana tuvo su punto álgido el pasado octubre con la celebración de un referéndum soberanista ilegal y la aprobación de una declaración para crear una república independiente en la región.

Como respuesta, el Gobierno de Rajoy cesó a Puigdemont y llamó a los catalanes a las urnas para elegir a un nuevo Ejecutivo regional.