Buscan Buffett, Barra y Dimon desacelerar el ritmo del mundo financiero

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Buscan Buffett, Barra y Dimon desacelerar el ritmo del mundo financiero

El el inversor Warren Buffett (abajo derecha), la jefa de General-Motors Mary Barra (abajo izquierda) y el jefe de JP Morgan Jamie Dimon (arriba). Fotos: AP
La propuesta es que las empresas se pregunten antes de difundir sus cifras trimestrales y sus perspectivas de negocios si el foco en el alcance de objetivos a corto plazo no tiene más riesgos que ventajas.
"Nuestros mercados financieros están demasiado tomados por los pronósticos de las ganancias trimestrales"...
Comunicado difundido en diarios estadounidenses e Internet

Desacelerar el ritmo del mundo financiero: Ese es el objetivo de una alianza de influyentes empresarios y grandes inversores en Estados Unidos que pide que las compañías y los inversores piensen más a largo plazo.

Después del llamamiento hecho por la candidata presidencial demócrata Hillary Clinton, ahora también trece de las mayores figuras de la economía estadounidense -entre ellas el inversor estrella Warren Buffett, la jefa de General-Motors Mary Barra y el jefe de JP Morgan Jamie Dimon- dudan de la utilidad de dar a conocer cifras trimestrales, lo que no hace más que inquietar permanentemente a los inversores.

"Nuestros mercados financieros están demasiado tomados por los pronósticos de las ganancias trimestrales", afirma un comunicado difundido recientemente en diarios estadounidenses e Internet destinado a mejorar la conducción de las empresas.

También Larry Fink y Bill McNabb, los jefes de los enormes administradores de patrimonios Blackrock y Vanguard, así como el jefe de General Electric Jeff Immelt se cuentan entre los signatarios. La propuesta es que las empresas se pregunten antes de difundir sus cifras trimestrales y sus perspectivas de negocios si el foco en el alcance de objetivos a corto plazo no tiene más riesgos que ventajas.

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Estudio de PwC

El trasfondo: una vez cada tres meses, las empresas que cotizan en Bolsa permiten echar un vistazo a sus finanzas. Quien lee las páginas de economía de los diarios en la llamada "temporada de informes", conoce el procedimiento: los analistas de mercado profesionales anuncian antes sus pronósticos en relación a los resultados y, dependiendo de si las empresas los superan o no cumplen con ellos, cae o aumenta el valor de sus acciones. Los agentes bursátiles siguen con cien ojos los pronósticos que las cúpulas directivas dan a conocer para el próximo periodo comercial.

Las empresas serán medidas luego en base a estas cifras tres meses después. Esto genera un circuito de expectativas a corto plazo que pocos jefes se pueden permitir no cumplir durante mucho tiempo. Por eso, los responsables tienden a poner en primer plano el crecimiento rápido más que el sostenido. El fenómeno también se ve promovido por el hecho de que las juntas directivas obtienen opciones sobre acciones como forma de participación en las ganancias. De esta manera se promueve el aumento de las cotizaciones a corto plazo antes que la estabilidad duradera.

El inversor Warren Buffett y la candidata demócrata a la presidencia de EU, Hillary Clinton. Foto: AP

Cuando el único objetivo es cumplir con las expectativas de Wall Street, la economía puede estar en problemas. Esto es así cuando, por ejemplo, sufren por esto las inversiones en investigación y desarrollo, consideradas clave para obtener motores económicos duraderos a través de la innovación.

La prosperidad a largo plazo es "decisiva para el crecimiento y un mejor futuro financiero de los trajabadores, jubilados e inversores estadounidenses", opinan Buffett, Dimon y co. Previamente, Clinton había mencionado el mismo fenómeno en su campaña y dio que hablar con su pedido a empresas e inversores de liberarse de la "tiranía" del corto plazo.

Los investigadores económicos se ocupan de este tema desde hace tiempo. A más tardar desde la crisis financiera de 2008, cuando un boom inmobiliario posibilitado por gerentes de bancos sedientos de beneficios rápidos presionó hasta hacer estallar el sistema financiero. "¿Cómo pueden tomar los directivos decisiones estratégicas y efectuar inversiones necesarias para el éxito a largo plazo si están ocupados con los rendimientos trimestrales?", se preguntan en tanto inversores y analistas, confirma un estudio de la asesora económica PwC.

¿Es decir que con bajar un par de cambios todo mejorará? Tampoco es tan simple: entre los economistas es bastante controvertido que los gastos masivos para el control de las cotizaciones -como recompras de acciones y pagos de dividendos- vayan realmente en detrimento de inversiones futuras.

De acuerdo con PwC, los gastos de las empresas estadounidenses para investigación y desarrollo aumentaron entre 2007 y 2015 un importante 32 por ciento. A modo de comparación, en Europa subieron sólo un nueve por ciento. Sólo se invirtió más en innovación en Asia, que necesitaba recuperar terreno.

Por otra parte, los informes trimestrales -más allá de la controversia por los pronósticos de ganancias- son considerados un instrumento importante para obligar a las empresas a la transparencia. "Hay temores entre quienes forman parte del mercado de que será difícil controlar a los directivos si ya no deben presentar informes trimestrales", explica la experta de PwC Hilary Eastman.

"Algunos están incluso a favor de más informes", añade. Un dato importante: las empresas no están obligadas por ley a brindar pronósticos de ganancias en el marco de la difusión de sus cifras trimestrales.