Bregas panistas
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Bregas panistas
En la política mexicana hay metamorfosis inversa; transitar de mariposa a gusano. Es el caso de aquellos panistas que brincaron de la “brega de eternidad” a la “opción preferencial” por las televisoras.
Manuel Gómez Morin le heredó al PAN una brújula ética. La honestidad, escribió, es la “virtud esencial [y] más necesaria [para] México”. Consciente de lo que significaba enfrentar a la Revolución hecha gobierno, lanzó una frase que se convirtió en consigna existencial para el panismo de la etapa heroíca: “nuestro deber es permanente, no lucha de un día, sino brega de eternidad”.
Hay panistas que cuando tocan el timón de mando hacen a un lado la eternidad y se concentran en la brega de la canonjía, la transa y el moche. Vicente Fox es un ejemplo preclaro de opción preferencial por las televisoras. En 1988 aterrizaba en la política y para hacerse notar pagó un desplegado de plana completa en Proceso. El texto abría con una imprecación contra el principal noticiero de Televisa: “No veas 24 Horas porque oculta la verdad”.
Al cruzar el dintel de Los Pinos, Fox se quitó las botas hechas para aplastar a las “tepocatas, alimañas y víboras prietas” priistas. Se puso las sandalias de terciopelo de quienes deambulan por los corredores del poder y se dedicó a cortejar a quienes antes insultaba. En 2002 hizo un “regalazo” (conocido como el “decretazo”) a las televisoras al reducir el tiempo oficial del Estado que debían transmitir obligatoriamente de tres horas a 18 minutos.
Hay metamorfosis similares. En 2014 Federico Döring –panista desde 1995– declaró a El Universal que “el poder saca al priista que todos llevamos dentro”. Confirmó el dicho presentando en la Cámara de Diputados una iniciativa de ley que anula los derechos de las audiencias. Tres ejemplos: 1) al Ifetel le quita dientes porque se suprimen las multas por engañarnos y presentar propaganda o publicidad encubierta como información; 2) el defensor de audiencia y los códigos de ética se someten a la voluntad de los medios; y, 3) quitan al Ifetel la facultad de suspender –previo apercibimiento– la transmisión violatoria de derechos. Acertaron los organismos civiles cuando dijeron que los diputados “esta[ban] vendiendo los derechos de la sociedad mexicana a cambio de los favores de las televisoras y grupos de radio comerciales”. Favores pagables, supongo, en las elecciones de 2017 y 2018.
Según la detallada crónica de Jenaro Villamil en Proceso (29 de abril de 2017) el coordinador de la bancada panista, Marko Cortés, reconoció que recibieron la “orden de Ricardo Anaya”, presidente del PAN, de instruir a los diputados del blanquiazul para votar con el PRI y el Partido Verde. 73 lo hicieron, 8 se abstuvieron y 10 votaron en contra.
Ante semejante retroceso incluí en mi columna de la semana pasada la frase “Ricardo Anaya, el nuevo cómplice de las televisoras”. A las pocas horas el responsable de comunicación social del PAN, Fernando Rodríguez Doval, me escribió para aclararme que “el presidente del PAN, Ricardo Anaya, en ningún momento pidió a sus diputados el voto favorable a dicha iniciativa, que fue presentada a título individual por el diputado Federico Döring”. Escribí a este último pidiéndole una aclaración pero optó por el silencio. Se desconoce, por tanto, quién dio la orden o convenció a 73 diputados de unirse al PRI y al Verde en el atraco. ¿Anaya, Döring o alguien más?
El panismo tiene una parte comprometida con el interés general. En este caso hubo 18 diputados que mostraron su inconformidad con la discreta abstención o el beligerante voto en contra. Javier Corral en Chihuahua está demostrando que la justicia de un estado sí puede combatir en serio la corrupción, en este caso la de César Duarte.
La asambleísta panista Margarita Martínez Fisher es de los pocos legisladores que atienden a los vecinos en lucha contra el urbanismo salvaje de la capital. Ese es el PAN que necesita México.
El PAN ya cumplió 78 años y están fuera de lugar sus faltas de definición tan comunes, por ejemplo, en la adolescencia. ¿Están dispuestos a defender los derechos de las audiencias o prefieren engordar las ganancias de las televisoras?, ¿desempolvarán la brega de eternidad o seguirán poniendo cirios a San Moche? ¿Mariposas o gusanos?
Twitter: @sergioaguayo
Colaboró Maura Roldán Álvarez.