Los países anfitriones en los Juegos Olímpicos tienen una ligera ventaja sobre los demás y por lo regular, el país que organiza la justa suele aumentar el número de preseas que gana en ella. Pero algunos no han reflejado ese beneficio en el medallero.

Río 2016 dejó la mejor participación brasileña en una justa olímpica en toda su historia, los cariocas lograron obtener 19 medallas. Pero a pesar  de eso, el país sudamericano queda muy lejos de ser considerado como una potencia olímpica, siendo que fueron uno de los anfitriones con menos medallas ganadas.

De las 31 ediciones de Juegos Olímpicos de verano (desde 1900), el país que tiene la nada grata distinción de ser el anfitrión más pobre (en el medallero) es Canadá, que en 1976 obtuvo 11 metales pero ninguno de oro: cinco platas y seis bronces.

México ocupa el segundo lugar, nada decoroso. En los Juegos Olímpicos de 1968, nuestro país ganó menos medallas, con un total de 9, de las cuales 3 fueron de oro, 3 de plata y 3 de bronce. Aunque se hayan ganado menos preseas que Canadá, las medallas de oro tienen un peso específico, es por eso que no ocupamos el último lugar.

Pos su parte Brasil terminó como el cuarto país menos exitoso, ganando siete medallas doradas, por seis de plata y seis de bronce, solo por delante de Candaá, México y Grecia, que en Atenas 2004 consiguió 16 medallas (6 de oro, 6 de plata y 4 de bronce).

Por otra parte Estados Unidos es el mejor organizador, pues en la edición de 1904 en St. Louis, los norteamericanos lograron 242 medallas (79 de oro, 83 de plata y 80 de bronce).