Bola de cristal para 2019
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Bola de cristal para 2019
Llegamos al final de un año muy movido en México y las cosas pintan como para que las cosas sigan igual o más movidas, especialmente ahora que la 4T está por cumplir un mes de edad y empieza a tomar cierta forma el nuevo estilo de gobierno que causa polémicas todos los días a partir de las 7 de la mañana.
Son comunes en estas fechas de pocas noticias relevantes las reseñas de los personajes, las tragedias, los triunfos, las fotos y las sorpresas de 2018. Al mismo tiempo circulan las predicciones de brujos, chamanes, astrólogos, videntes y similares para el 2019. Debo aclarar que no me considero ninguno de los anteriores, pero me atrevo a compartir en este espacio lo que creo nos traerá 2019 a México y a los mexicanos.
El presidente López Obrador seguirá viendo la forma de desdecirse y aclarar lo que quisieron decir él y su equipo acerca de temas relevantes. Su estrategia de comunicación seguirá dejando mucho que desear y será fuente de problemas interminables. Al mismo tiempo y para pesar de muchos (yo incluido), seguirá usando el recurso simplista y superficial de las consultas hechas a modo para respaldar con “apoyo popular” las decisiones tomadas. En unas semanas veremos un cambio gradual y positivo en la forma en cómo se dirige a sus opositores. No es razonable ver que quiera perdonar a criminales de alto rango de gobiernos anteriores y al mismo tiempo les diga fascistas o mezquinos a quienes simplemente no están de acuerdo con él. Reconocerá que existe un estrato moderado en la población y en los electores que necesitará para gobernar y trascender. Sin ese segmento no podrá mostrar una transformación que vaya más allá de viajar en avión comercial.
Aun y cuando es probable que el nuevo gobierno cometa errores en la implementación y comunicación de políticas, es mi opinión que lo que más daño le puede hacer a México serán cosas que ni AMLO ni su equipo pueden controlar. Las tasas de interés en el mundo y en México seguirán subiendo. Se nos habrán ido los casi 10 años de expansión económica posterior a la crisis de 2008 y 2009 y no habremos aprovechado para generar crecimiento acelerado ni infraestructura relevante. Tendremos estados quebrados a diestra y siniestra, cobijados algunos por el Gobierno Federal. Pasarán los gobernadores a pedir limosna a Palacio Nacional, aumentando el poder de AMLO. El petróleo seguirá sufriendo conforme se desacelere la actividad económica. La baja de impuestos en la frontera norte no será suficiente para contrarrestar el efecto de tasas de impuestos del 21 por ciento en Estados Unidos comparadas con 30 por ciento en el resto del País. México seguirá sin los incentivos adecuados para aumentar inversión. Trump volverá a la carga contra México al acercarse la campaña para 2020. El nuevo TLC volverá a ser debatido y apedreado en Estados Unidos, pudiera no ser ratificado por el Congreso de aquel país y eso traerá volatilidad. El nuevo “Quinazo” se volverá a dar en el sector petrolero. AMLO sabe que el huachicoleo ha sido el mayor secreto de las administraciones pasadas y el barril sin fondo de donde se han creado fortunas inmensas y desfalcos multimillonarios al estado mexicano. No nos debe extrañar que antes de que finalice enero habrá un par de peces gordos que, aunque culpables, serán los chivos expiatorios con los que la librarán Peña, Calderón y Fox. México crecerá no más de 1 por ciento en 2019; el tipo de cambio se mantendrá debajo de 21 pesos por dólar hasta junio y entre julio y diciembre tocará los 23 pesos con alta volatilidad. Banxico “invertirá” unos 30 mil millones de dólares para defender el peso y mantenerlo debajo de $21.50. Lo más importante, el Cruz Azul volverá a ganar un campeonato.
@josedenigris