Bob Dylan, el poeta de una generación

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Bob Dylan, el poeta de una generación

Bob Dylan en la Casa Blanca. / Fotos: EFE.
Comenzó su carrera como referente del folk y de la canción protesta estadounidenses y poco después ya era una de los músicos más influyentes de la historia del blues y el rock. El poder de sus canciones le valió el Premio Nobel de Literatura en 2016. El 24 de mayo, el Bardo de Minnesota cumple 80 años

“Yo sólo soy Bob Dylan cuando tengo que ser Bob Dylan. La mayor parte del tiempo quiero ser yo mismo. Bob Dylan nunca piensa en Bob Dylan”, aseguró una vez el cantautor estadounidense, una de los músicos más influyentes de los últimos 60 años (los que lleva sobre el escenario) y el primero en ser reconocido por sus canciones con un Premio Nobel de Literatura.

Una leyenda que se comenzó a forjar en la década de los años 60, cuando se dio a conocer como cantautor folk de letras reivindicativas y cargadas de protesta social como las de ‘Blowin’ in the Wind’, ‘The Times They Are a-Changin’ o ‘A Hard Rain’s a-Gonna Fall’, para convertirse después en uno de los grandes referentes del blues y el rock tras el lanzamiento de los discos ‘Bringing It All Back Home’ y ‘Highway  61 Revisited’, ambos en 1965.

El primer sencillo del segundo de estos álbumes, ‘Like a Rolling Stone’, fue elegido por la revista musical ‘Rolling Stone’ como la mejor canción de todos los tiempos, y tras su lanzamiento, alcanzó el segundo puesto de la lista de éxitos Billboard Hot 100 y  es, probablemente, el mayor himno de  la carrera de Bob Dylan, aunque no el único de los que ha compuesto a lo largo de seis décadas.

En aquellos años 60, cuando la prensa hablaba de él como el gran poeta de su tiempo, el músico respondía: “No me llamo poeta porque no me gusta la palabra. Soy un artista del trapecio”.

Un compositor merecedor del Premio Nobel de Literatura de 2016 “por haber creado una nueva expresión poética dentro de la gran tradición de la canción americana”, según reconoció la Academia sueca al concederle el galardón.

Cientos de canciones compuestas a lo largo de seis décadas de trayectoria musical que, además de uno de los legados musicales más importantes del rock, suponen una auténtica fortuna, la de los 303 millones de dólares que Universal Music Publishing Group pagó el pasado mes de diciembre a Bob Dylan por disponer de los derechos de todo su catálogo.

La lista de reconocimientos a Bob Dylan es interminable: la revista ‘Time’ le incluyó entre las cien personas más influyentes del siglo XX y, entre otros premios, ha recibido catorce Grammy -uno de ellos a la mejor trayectoria artística; un Óscar y un Globo de Oro, a la mejor canción por ‘Things Have Changed’, de la película ‘Wonder Boys’. 

Miembro del Rock and Roll Hall of Fame, del Country Music Hall of Fame y del Songwriters Hall of Fame, que señala a Dylan como el “poeta y compositor portavoz de una generación”, el músico fue investido Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia en 1990, y recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2007, así como la Medalla Presidencial de la Libertad en 2012.

Además, el segundo mejor artista de todos los tiempos después de The Beatles, según la revista ‘Rolling Stone’, fue reconocido por los Premios Pulitzer por su “profundo impacto en la música popular y en la cultura norteamericana, marcado por sus composiciones líricas de extraordinario poder poético”.

El músico Bob Dylan durante el concierto ofrecido en el escenario Maravilllas, dentro de la programación del Festival Internacional de Benicássim, en Castellón (España) en 2012.

Un icono de la música que, como la propia Academia recordó al concederle el Nobel de Literatura -no sin polémica-, “como artista ha sido altamente versátil y ha trabajado como pintor, actor y autor de guiones”, versatilidad que queda patente con la muestra ‘Bob Dylan: Retrospectrum’, que recoge su obra visual y que se expondrá en el Museo de Arte Patricia y Phillip Frost de Miami a partir del próximo mes de noviembre.

DEL FOLK AL ROCK

Robert Allen Zimmerman nació en Duluth, Minnesota, el 24 de mayo de 1941, en el seno de una familia judía – el artista se convertiría al cristianismo en 1979-, y creció en la ciudad minera de Hibbing, donde comenzó a interesarse por la música, con Little Richard y Elvis Presley como referentes, aunque cuando se fue a Mineápolis, en 1959, para estudiar en la universidad, su inicial interés por el rock dio paso a su atracción por el folk, que marcaría el inicio de su carrera.

“Lo que pasaba con el rock and roll es que para mí, de todos modos, no era suficiente... Había muy buenas frases pegadizas y un ritmo contagioso, pero las canciones no eran serias o no reflejaban la vida de un modo realista. Supe que cuando me metí en la música folk era una cosa más seria. Las canciones estaban llenas de tristeza, de triunfo, de fe en lo sobrenatural, y tenían sentimientos más profundos”, explicó Dylan en 1985 para su álbum recopilatorio ‘Biograph’.

1969.-Dos día después de su actuación en la Isla de Wight ante 150.000 aficionados Bob Dylan abandona Londres. En la imagen saliendo del aeropuerto de Heathrow.

En 1961, Zimmerman abandonó sus estudios universitarios y se fue a Nueva York, donde inició su trayectoria como cantante folk en el Greenwich Village, donde entró en contacto con multitud de artistas, entre ellos los poetas de la generación ‘Beat’, y donde fue descubierto por el cazatalentos John Hammond, quien le ofreció firmar con Columbia Records. 

Un año más tarde, ya como Bob Dylan, salió al mercado su primer disco, un álbum homónimo al que siguieron ‘The Freewheelin’ Bob Dylan’ (1963), ‘The Times They Are a-Changin’  y ‘Another Side of Bob Dylan’ (1964), con los que se consolidó come referente de la canción protesta.

La influencia de The Beatles y otros artistas de la “invasión británica” también quedó patente en el estilo de Bob Dylan que, en 1965, giró hacia un estilo pop y rock, dejando atrás el folk que le catapultó a la fama, con la canción ‘Like a Rolling Stone’ como emblema de esa nueva época, en la que los discos ‘Highway 61 Revisited’ (1965) y ‘Blonde on Blonde’ (1966) fueron auténticos éxitos.

En la década siguiente, Dylan siguió componiendo éxitos como ‘Knockin’ on Heaven’s Door’, ‘Forever Young’ o ‘Hurricane’, y tras su conversión al cristianismo publicó varios discos con letras de marcado carácter religioso: ‘Slow train coming’ (1979), ‘Saved’ (1980) y ‘Shot of love’ (1981).

Desde los primeros años de su carrera hasta el presente, Bob Dylan se mantiene como uno de los grandes referentes para generaciones de artistas, y el año pasado lanzó su último álbum de estudio hasta la fecha, ‘Rough and Rowdy Ways’, el primero en ocho años con canciones inéditas, ya que en sus anteriores trabajos, como ‘Triplicate’ (2017), versionó clásicos del cancionero estadounidense.

Un esperado regreso tras el que Dylan explicó en una entrevista a ‘The New York Times’ que las canciones “me vienen a la cabeza cuando estoy en una especie de trance”. “La mayoría de mis canciones recientes son así… Las canciones parece que se conocen a sí mismas y saben que las puedo cantar, vocalmente y rítmicamente. Se escriben solas y cuentan con que yo las cante”.