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Blues and Beauties  con Iraida Noriega y Todd Clouser

Casa Tiyahui

Sábado 16 de noviembre

20:00 horas

Cooperación 150 pesos

Por su cuenta cada quien tiene proyectos, sus bandas y sus responsabilidades. Este último elemento le otorga un cariz diferente a su pasión por la música y por ello cuando se reúnen para trabajar juntos Iraida Noriega y Todd Clouser disfrutan de simplemente ponerse a crear.

El dúo se encuentra en Saltillo donde realizó un par de talleres en la academia Musikart, compartiendo sus conocimientos musicales y de improvisación a los jóvenes estudiantes, además de que llevó su talento a los huéspedes de la Casa del Migrante el viernes por la tarde y se presentará esta noche, 16 de noviembre, a las 21:00 horas con un concierto en Casa Tiyahui.

En entrevista con VANGUARDIA los músicos comentaron que es la primera vez que visitan Saltillo y nos hablaron sobre cómo esta colaboración ha enriquecido su producción musical particular.

“Hace dos años, año y medio había un festival en Minnesota al que tuvimos chance de ir y tocar en dúo y yo creo que por eso armamos este proyecto, que se llama Blues and Beauties, es un proyecto de tocar canciones, muy simple, regresar a la raíz del jazz, la experimentación de la canción del blues, del folclor y disfrutar de tocar canciones, hemos tenido varias presentaciones en México y es la primera vez en Saltillo”, comentó Clouser, quien es conocido por el trabajo con su banda de rock/jazz A Love Electric.

“Los dos tenemos nuestros proyectos y tocamos en proyectos de otras personas. En general estamos como muy ‘ocupados’ pero este proyecto ha sido importante al menos para mí por cómo fluye cuando hay tiempo y hay posibilidades de tocar en un festival, pero no estamos forzando una proyección o llegar y triunfar, es disfrutar”, agregó.

Por su parte Iraida, quien es considerada una de las más grandes exponentes del jazz en México y con más trayectoria, considera que “ha sido muy lindo y agradezco muchísimo a este encuentro, porque ambos estamos como siempre en bandas muy fuertes, como de mucha sonoridad y de mucho impacto y el ejercicio de generar este impacto desde lo menos posible es un tremendo descubrimiento”.

Recordó cómo la perspectiva de Clouser le ha hecho ver de otra manera su propio proceso, cuando él la encontró sacando una pieza en el ukulele y ella, quien hasta entonces veía tal ejercicio como solo parte de la producción y no el producto final, le sugirió lanzarlo así como ella lo estaba planteando en ese momento.

“Era algo que hacía así nomás para mí, y luego cuando fuimos a Minnesota era el Festival de Guitarra y algo ahí se activó empecé a experimentar con el instrumento mismo. Le cambié la afinación, le cambié cuerdas”, comentó Noriega, cuya chispa de experimentación se ha activado al grado de que ya mandó a hacer un instrumento personalizado para seguir con esta exploración.

Ambos comenzaron sus carreras alrededor de los 16 años, él en Minneapolis y ella en la Ciudad de México, hija también de un músico y aunque sus inicios fueron en el ámbito del jazz la curiosidad y la creatividad los ha llevado por otros géneros.

“Creo que ambos nos hemos descentralizado, empezamos en el jazz porque eso de cierta manera sabes que intuitivamente ahí hay algo pero también, yo he sentido y observando su camino (de Clouser) se deja de estar al servicio del género y la onda es la música y que la música me exprese, lo que sea necesario meter en ella para que exprese lo que pasa”, comentó Noriega.