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Blair pide perdón por la guerra de Irak y la vincula al ascenso del ISIS
LONDRES.- El exprimer ministro británico Tony Blair ha pedido disculpas por su papel en la guerra de Irak, a la que llevó al país hace 12 años. En una entrevista en la CNN, el último líder laborista en ganar unas elecciones pidió perdón por utilizar información de inteligencia errónea; reconoció que no supo prever el caos que se desataría tras el derrocamiento de Sadam Husein, y ha admitido que dicho caos puede haber contribuido a la aparición y crecimiento del grupo yihadista Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés). Blair, sin embargo, se negó a disculparse por eliminar del poder al fallecido dictador iraquí y ha defendido aquella intervención armada, señalando a la actual guerra civil en Siria para destacar los peligros de no actuar.
“Pido disculpas por el hecho de que la inteligencia que recibimos fue errónea”, dice en una entrevista que se emitirá a partir de hoy en el especial Long Road to Hell, de la cadena estadounidense, presentado por Fareed Zakaria. “También pido disculpas por algunos de los fallos en la planificación y, ciertamente, por nuestro error en comprender lo que sucedería una vez que desalojáramos al régimen”.
“Sin embargo, encuentro difícil pedir disculpas por desbancar a Sadam”, añade Blair, quien, a la pregunta de si la invasión de Irak ha sido uno de los factores principales de la aparición del ISIS, admite que “hay elementos de verdad en esa cuestión”, según extractos de la entrevista recogidos por el Daily Mail.
No es la primera vez que Blair admite errores en la guerra de Irak de 2003, que dañó enormemente su popularidad. Pero sí es la vez que lo hace con mayor contundencia. Y lo hace cuando parece que están a punto de publicarse los resultados de la investigación de John Chilcot sobre la guerra de Irak, encargada por el Gobierno hace seis años.
Muchos, incluida la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, han querido ver en la entrevista concedida a la CNN un intento de Blair de preparar el terreno ante las posibles críticas que suscite la publicación de las conclusiones de la investigación. © EL PAÍS, SL. Todos los derechos reservados