Big Little Lies: talento desperdiciado
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Big Little Lies: talento desperdiciado
“Big Little Lies” es una serie que derrocha talento: está basada en un best-seller de la australiana Liane Moriarty; los siete episodios de la primera temporada son dirigidos por el reconocido director de cine Jean-Marc Vallée (“Dallas Buyers Club”, “Wild”); la adaptación a la televisión corrió a cargo de uno de los maestros, ganador de 10 premios Emmy, David E. Kelley; y por supuesto, es protagonizada por tres pesos pesados en el ámbito cinematográfico: Reese Witherspoon, Nicole Kidman y Shailene Woodley. ¡Ah! Y que no se nos olvide, hasta los personajes de soporte son famosos: Alexander Skarsgård, Laura Dern, Adam Scott y Zoë Kravitz. Vaya, que hasta los actores de relleno son conocidos en la televisión.
“Big Little Lies” es una serie que derrocha talento… y lo desperdicia. La premisa es bastante simple y nada novedosa: madres de familia de los suburbios californianos que intentan mantener la ilusión de vidas perfectas ante los demás, mientras superan sus problemas personales en la intimidad. Y lo más importante: deben ocultar un asesinato.
Cualquier parecido con “Desperate Housewives” es pura coincidencia, se los aseguro. Aquí el problema es que, por lo menos con su primer episodio, “Big Little Lies” no define su tonalidad. No es comedia, pero de pronto lo parece. Es un drama que esconde un misterio criminal, pero carece del nervio necesario para ajustarse a estos géneros.
Hasta el momento, me parece que los adelantos han sido mejores que la serie en sí misma. Resumen con más argumentos un conflicto manejado con descuido en el capítulo de arranque, “Somebody’s Dead”, que el lunes se estrenó en México por HBO. En este episodio conocemos a las tres madres protagonistas y una fracción de sus conflictos familiares: Madeline Martha Mackenzie (Witherspoon), líder por naturaleza que vive en un constante pleito con su ex esposo y su nueva familia; Celeste Wright (Kidman), quien parece tener el matrimonio perfecto, pero que en realidad esconde un secreto de violencia; y Jane Chapman (Woodley), una joven madre soltera recién llegada a Monterey, California, de la que sabemos poco, y a quien nos venden como la “misteriosa” del grupo. Según se entiende, estas tres mujeres iniciarán una guerra en la escuela de sus hijos contra otro grupito de madres de familia liderado por Renata Klein (Dern). Todo terminará en un asesinato, y listo.
“Big Little Lies” reúne a tantos buenos elementos, que es difícil asegurar que se convertirá en un fracaso absoluto. Sin embargo, el primer episodio me pareció sin chiste e incluso aburrido. En fin, es muy pronto para echarle tierra encima, aunque de entrada, deja con pocas ganas de sintonizar el siguiente episodio.
Mi calificación: 60 de 100.