El día ha llegado. Con la apertura de los primeros colegios electorales en la costa este, Estados Unidos ha dado el banderazo de salida a las elecciones que decidirán por la continuidad de Donald Trump en la Casa Blanca o su relevo por el demócrata Joe Biden.

Unos 230 millones de estadounidenses están habilitados para elegir a su próximo presidente entre el republicano Donald Trump y el demócrata Joe Biden, en una histórica elección marcada por la incertidumbre en torno a los resultados.

El país se prepara además para unos comicios marcados por la incertidumbre, ya que el alto porcentaje de votos emitidos por correo por la pandemia del covid-19 hacen difícil que el resultado se sepa en la misma noche del martes, y el presidente ya adelantó que sus abogados están listos para un litigio.

El mayor temor en Estados Unidos, sobre todo en el estado de Texas, es el surgimiento de una posible escalada de violencia en las calles ante una hipotética victoria del demócrata Joe Biden.

Biden, que fue vicepresidente de Barack Obama y tiene 77 años, está por encima en las encuestas desde hace meses y espera lograr llegar a la Casa Blanca en su tercer intento.

El mandatario saliente, de 74 años, se apoya en su incombustible energía, que le permitió mantener un ritmo frenético con el que promete volver a dar una sorpresa, con las encuestas en contra, tal y como lo hizo en 2016.