Bicho mental

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Bicho mental

Especial

¿En qué se parecen Xi Jinping y Andrés? ¿Qué los une como si fueran compañeros de escuela? ¿Qué bicho mental gobierna su actuar?

No es el socialismo. Se trata de una lógica de fondo, nada emocional. En Estados Unidos los “socialistas” como Bernie Sanders están de moda, pero la verdad es que se refieren a gobiernos paternalistas, no tanto a poner toda la economía en manos del Gobierno.

La liga entre Xi y Andrés es una falacia, no el ideal de una sociedad más igualitaria y justa para todos. Es una lógica —herramienta del pensamiento— tremendamente venenosa y perjudicial. Es el imán que nos metió a un pozo desde el PRI de Echeverría. Fox no pudo salir. Calderón tampoco. Se puso el quepí y emprendió una guerra al narco. Ahora con Andrés nos desbarrancamos al fondo del pozo autoritario con estrepitoso y sonoro sentón.

La falacia —la premisa falsa— es la idea de que un sistema cerrado llamado gobierno autoritario, puede gobernar a un sistema naturalmente abierto y extremadamente complejo como es todo un país. Sin embargo, la diferencia de inteligencia entre Xi y Andrés puede costar más a México. Xi puede construir un hospital de dos mil camas en 10 días, mientras que Andrés va a intentar constuir —en cinco años— una refinería superflua y ruinosa.

Ambos líderes suponen, que un dictador sabio es más eficaz que un gobierno de poderes equilibrados. Xi puede presumir que China ha crecido 10 por ciento anual durante diez o quince años, pero operar ese sistema cerrado y autoritario ha puesto a todo el mundo a temblar de miedo. El mal manejo del brote del coronavirus o COVID-19 ya le está costando al mundo entero trillones y trillones de dólares. Y pudiera ser mucho peor.

No nos confundamos. Tener T-Mec y smartphones no significa que el Gobierno de México es un sistema abierto. Tengo más de treinta años con esta canción: Un sistema de gobierno abierto respeta al máximo el poder de la información. Robar elecciones fue prueba de que el PRI despreció el sistema abierto.

La gran desgracia, y esto lo comentaba con Porfirio Muñoz Ledo —quien ya no puede ocultar sus desavenencias con el gobierno de Andrés— es que todo el esfuerzo para que hubiera elecciones limpias ya se fue al caño. Ahora los Morenos tratan de controlar el INE y Andrés es un Echeverría V2.0, pero extrovertido.

Nótese la disonancia. Bicho mental contra autoimagen de prócer. Andrés irritadísimo por ser comparado con Santa Ana y Porfirio Díaz. Al menos Porfirio Díaz abrió a México a las tecnologías de la revolución industrial, por ejemplo, el gran impulso al ferrocarril. Andrés ignora el uso de las computadores y construirá “banquitos chiquitos” para repartir dinero a ninis y viejitos. ¡Está ingrato!

El problema es sencillo de explicar. La  información debe fluir sin estorbos para hacer su magia. Esto requiere una estructura que México no tiene porque nunca la ha construido (tengo treinta años machacando el tema). No confundamos tener celulares con que tengamos un Gobierno abierto a la información. La idiotez de Andrés de creer que sus conferencias mañaneras son efectivas como instrumento de buen gobierno comprueba lo que estoy diciendo. Él se cree “el sistema”. Yo digo: él es el problema; y las mañaneras su demostración plena.

China tan bien que iba y miren cómo está: inerme. Su postración da un golpe casi mortal a la globalización. Verán como el Presidente Trump buscará no volver a depender de ellos para tener penicilina, ni tantas otros artículos vitales.

Cuando Andrés se entromete, usando su benevolencia dictatorial para “respetar derechos humanos” de los pasajeros de un barco quizá contaminado del COVID-19, nos da otra muestra más de que su desconexión de la realidad agrava el riesgo de que México sufra un desastre epidemiológico.

Ahora sí que estamos en manos de la Virgen de Guadalupe. No digo “morena” porque hasta eso se agandalló su majestad.

javierlivas@mac.com