Bernardo Bátiz declara: Soy amigo del Presidente pero no seré fiscal carnal

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Bernardo Bátiz declara: Soy amigo del Presidente pero no seré fiscal carnal

Bernardo Bátiz, aspirante a Fiscal General / Foto: Archivo
De ser elegido como Fiscal General de la República, Bernardo Bátiz asegura que investigará a quien se deba investigar; avaló la creación de la Guardia Nacional al considerar que es un buen paso para llegar a una solución ideal

El aspirante a fiscal general, Bernardo Bátiz, advirtió que el presidente Andrés Manuel López Obrador es su amigo, pero no lo ve a diario ni es su consejero personal, por lo que no recibirá consignas y en el caso de investigaciones abiertas, como Odebrecht o la Estafa Maestra, no se va a detener para castigar a corruptos que se adueñaron del patrimonio que es de todos. 

“Les aseguro que no voy a ser un fiscal carnal. Voy a ser un fiscal que sirva a la colectividad, no a sectores, no a partidos; en la persecución de la justicia voy a actuar así”, garantizó, al sentenciar que él sí perseguirá a quien sea culpable si el caso no ha prescrito. 

Avaló la operación de la Guardia Nacional, al señalar que la debilidad en el combate a la violencia ha sido evidente ante la corrupción de autoridades en todos los órdenes, federal y local, que recibían órdenes y beneficios de grupos delincuentes, por lo que aunque las fuerzas armadas están entrenadas para eliminar al enemigo y no son solución final, el uso de la policía militar “sí es un buen paso para acercarnos a la solución ideal”. 

Aunque López Obrador ha señalado que no habrá persecución, Bátiz aseveró que de asumir la titularidad de la Fiscalía General, “no vamos a detenernos en ningún asunto, nos vamos a archivar, a guardar en el cajón del escritorio ninguno de los asuntos que están pendientes”.

“Vamos a perseguir todos los delitos que se hayan cometido, las denuncias que tengamos, los delitos de los que tengamos noticias, que sean del ámbito federal, serán investigados y llevados ante el juez los culpables”, insistió. 

Sobre casos particulares como Odebrecht, Bátiz aseveró que en ese y en todas las carpetas abiertas de investigación, todos los que sean indicados o sospechosos, y aunque se implique a cualquier sector o persona, “no nos detendrá nada para detener a quienes cometieron delitos. El adueñarse del patrimonio que es de todos, cometer actos de corrupción debe ser un delito perseguido por la fiscalía o quien tenga a su cargo el deber de hacerlo y los jueces deberán dictar las sentencias que debemos de dar”. 

Sostuvo que buscará no tener fallas, pues la autonomía y eficacia dependen no tanto de las leyes, sino de la convicción y subrayó que bajo su encargo no habrá una Fiscalía General de amigos ni enemigos políticos, porque no trabajará con consignas. 

Refrendó al Senado que no va a recibir instrucciones de nadie, ni a dar instrucciones indebidas, pues aunque es amigo del presidente Andrés Manuel López Obrador, pero ni lo ve a diario, ni es su consejero personal. 

En una comparecencia de más de cuatro horas, manifestó que hará realidad una “fiscalía que sirva”, sin distingos políticos, sin temor a poderosos, pues “hay que sancionarlos sean quienes sean". 

Dijo que para terminar con una dependencia de persecución política “se acaba quitándole el copetito de arriba” porque el resto del personal está capacitado para hacer su trabajo y se comprometió con desterrar la corrupción. 

Al responder preguntas de todas las bancadas, Bátiz avaló el mecanismo que permite la remoción del fiscal por parte del presidente de la república, al señalar que si no hace bien su trabajo se le debe quitar del cargo, pero asentó que, en todo caso, de asumir el cargo considerará al Senado como su superior jerárquico. 

“Eso es lo que puedo decir, que conozco al presidente de la República desde hace mucho tiempo, que tengo con él alguna amistad, es cierto, pero no crea que estoy viéndolo todos los días ni soy su consejero personal”, respondió al panista Damián Zepeda. 

Al agregar que coincide con López Obrador en muchos principios y puntos de vista, “pero esa amistad, como la que tengo con otras personas de diversos grupos, de diversas organizaciones sociales, para nada influirá en mi trabajo como fiscal general si es que ustedes me honran con ese cargo”. 

De acuerdo al ex procurador capitalino en la administración de López Obrador, la autonomía no está en las leyes, sino en la libertad propia de actuación, por lo que va a defender su opinión. 

“Con toda legislación que tenemos en otros organismos autónomos, hemos sabido, y lo conocemos en la vida diaria, que aunque sean autónomos tienen compromisos y a veces presiones y si no se tiene le entereza personal y la dignidad de la autonomía no van a responder a la legislación que se les da. No es la ley, podemos poner las leyes que quieran, al fin de cuentas esto va a depender de la decisión de la conciencia de quien ejerce una responsabilidad y créame lo que así lo voy hacer. “No voy a recibir instrucciones de nadie, ni voy a dar tampoco instrucciones indebidas a quienes colaboran conmigo. Cada agente del ministerio público va a tener su propia responsabilidad”, expuso.

Reiteró que será un ministerio público de buena fe, sin crear culpables, sembrar armas, inculpar inocentes y no habrá tolerancia contra quien lo haga, por lo que si hay casos existentes durante la operación de la PGR, se sancionarán. 

En el caso de las comisiones especiales, dijo que más que de investigación son de coadyuvancia y se convierten en una herramienta política ante el reclamo social, pero la parte técnica de las investigaciones debe quedar en la Fiscalía Especial. 

Para concluir, dijo que si el Senado lo elige será un gran honor y, si no, “será un gran respiro”.