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Benito Taibo nos cuenta de sus viajes siderales
En sus momentos más creativos el autor mexicano Benito Taibo siente tener licencia para viajar en el tiempo y se comporta como parte de la generación Millennial, entre cuyos miembros se mueve sin desentonar gracias al encanto de los libros.
"Primero soy un lector y como tal me asumo, por eso los chicos me miran como un par, un par más gordo, jodido, viejo, canoso y que tose, pero con las mismas inquietudes y las mismas ganas de comerse el mundo a pedazos", cuenta en entrevista con Efe el autor de 56 años.
Taibo, uno de los principales promotores de lectura en México, acaba de presentar su novela "Corazonadas", que cuenta la historia de Sebastián, un joven de 12 años, y su tío soltero con el que crea una relación basada en la confianza y en el amor a los libros.
El chico madura y la complicidad deja de ser familiar y protectora para provocar un tobogán de emociones, siempre con respeto por parte del tío de la libertad y la rebeldía del sobrino.
Como suele hacer en sus obras, mientras avanza en la trama, Benito hace alusiones a numerosas joyas de la literatura, entre ellas el Robinson Crusoe de Daniel Defoe, que usa para referirse a Sebastián como "Viernes", nombre del personaje de la novela que el náufrago educa.
"He apelado desde lo más profundo de mí al alma, ese sitio extraño que los griegos situaban entre el esternón, el corazón y la cabeza, a decir las cosas sin detenernos a pensar. Yo siempre estoy votando a favor del derecho a la rebeldía, a los sueños, a la imaginación y a lo extraordinario", dice.
Es Taibo un optimista que desconfía de las encuestas de lectura en México porque cuenta como posibles lectores a personas sin acceso a los libros y da por hecho que en el país se lee como nunca, sobre todo en el caso de chicas entre 14 y 18 años, lo cual lo llena de esperanzas porque algunas de ellas algún día serán madres y podrán heredar el hábito a los hijos.
"Prefiero verme como un par de los muchachos. A veces me siento como H.G. Wells, como un producto del siglo pasado aparecido por aquí. Los jóvenes han sido absolutamente generosos conmigo y me han aceptado", observa.
Benito parte de la idea de que los hombres somos seres de lenguaje y, por lo tanto, honrar la palabra significa reconocernos en ella sin tenerle miedo.
"Debemos acercarnos a ella de manera franca para que, además de comunicarnos, sirva para expresar amor, pasión, celos, esas pasiones humanas tan maravillosamente contadas por Shakespeare, Balzac, Dickens y esos maestros, después de los cuales lo demás han sido adaptaciones", comenta.
En su relación con los jóvenes a través de la literatura, Benito no se comporta como un viejo sabio ni un guía y les recuerda que ellos viven en un mundo violento como el que ya estaba cuando el escritor entraba en la pubertad.
"Es un mundo oscuro, pero con las pequeñas luces de hogueras iluminadas donde nos sentamos a contar cuentos desde el Paleolítico hasta nuestros días", apunta.
"Contar historias es la manera de salvarnos todos", dice Taibo, y se refiere a sus vuelos siderales imaginarios en los cuales también él es un Millennial convencido de su poder para cambiar el mundo entre novelas, cuentos y poemas.