Bebeto, oficial de la unidad K-9 de Saltillo, el lado 'perrón' de la Policía
Dicen que con dinero baila el perro. El Bebeto no. Otros “perros” de dos patas quizá, pero Bebeto está entrenado para detectar todo tipo de enervantes y ayudar a la Policía Municipal de Saltillo. Es uno de los 6 canes que forman la Unidad K-9. Bebeto es un perro policía.
“Sit”, pronuncia Eliud Zapata, encargado del grupo K-9, y el Bebeto se sienta. “Hemos realizado varias detecciones con él”, platica mientras el perro de 3 años y medio y de color marrón luce su chaleco azul oscuro con los emblemas de la Policía y su nombre con mayúsculas. Bebeto y Eliud caminan por la Ciudad Deportiva al atardecer: los niños se acercan y quieren acariciar su lomito. “No hace nada”, responde el oficial, que también va uniformado. Y los niños van. El perro responde juguetón. Aunque su vida cotidiana sea combatir el delito encontrando drogas, tiene un carácter amigable con las personas, sobre todo con los pequeños; para él, la detección de narcóticos es parte de un juego.
“A ellos los entrenamos con base en juegos con una pelota, él es un perro que le gusta mucho la pelota, el juego. Tenemos un instrumento que se le llama seudoaromas, que contiene olores de todos los narcóticos. Se le va escondiendo el seudoaroma, él lo encuentra y se le paga con una pelota. Entonces él asocia el olor de su pelota con el olor del seudoaroma”, explica Eliud.
Y aclara algo importante para todos los preocupados por la salud de Bebeto y todos los perros policías: “Los perros nunca se drogan”.
Bebeto y sus compañeros asocian el olor de diversas drogas con su pelota, con una gratificación, así trabajan, y por eso no necesitan consumir el narcótico para identificar el cristal, mariguana, cocaína, metanfetaminas, LSD, heroína, entre otras sustancias. Este entrenamiento lo tienen desde que son unos cachorros de seis meses, y lo continúan otros seis meses hasta estar listos para integrarse a la unidad y salir a la calle. El adiestramiento es permanente: todos los días refuerzan el aprendizaje y les enseñan cosas nuevas para que puedan especializarse en una de dos actividades: búsqueda y detección de enervantes, y guardia y protección.
Estos últimos son los perros que pueden atacar a los criminales. Podríamos pensar que son animales bravos y serios, pero la verdad es que lucen como Bebeto: amigables, dóciles, obedientes, pueden pasear con los oficiales por plazas, centros comerciales y espacios públicos, participar en demostraciones en escuelas con niños, son juguetones, pero al momento de recibir la orden, pueden desarmar a un hombre con un cuchillo o machete, por ejemplo, o alcanzar a un criminal que intenta huir, o sacar a un delincuente de su automóvil.
Pero no solo las mordidas feroces bajan la cifra de delitos. El grupo K-9 de la Policía Municipal, la unidad canina, ha dado resultados, platica Eliud Zapata. Y dice un ejemplo concreto: hace meses en Ciudad Deportiva había muchas denuncias de robos a visitantes y corredores, además de denuncias por venta y consumo de narcóticos. Cuando Bebeto y los oficiales entraron al parque, empezaron a detectar y detener vendedores, también los posibles delincuentes dejaron en paz a los visitantes gracias a la presencia de los perros y oficiales. Esto, claro, gracias también al mantenimiento de las instalaciones y la nueva iluminación que ayuda a combatir la inseguridad.
UNA ACADEMIA DE PERROS POLICÍAS
Seis perros integran la Unidad K-9 de la Policía Municipal de Saltillo desde hace 2 años, pero ya hay otros más capacitándose en una academia de entrenamiento. La razón es sencilla: el grupo da resultados y los canes atienden contingencias que los humanos no pueden. Y entre más perros haya, más grupos podrán reforzar su trabajo de vigilancia y seguridad, y, claro, los perros podrán trabajar menos horas y podrán intercambiar turnos. Hoy laboran entre 8 y 10 horas durante 6 días a la semana.
Entre las 06:00 y 07:00 horas del día comienza la jornada para los perros policías que, a diferencia de muchas personas, ya están listos para subirse a la patrulla en cuanto escuchan que los oficiales abren la reja. Incluso desayunan antes, y los agentes se encargan de mantenerlos hidratados. A las 17:00 horas aproximadamente regresan a su casa, bueno, es un decir, en realidad regresan a su cuartel canino, en sus jaulas, que son limpiadas dos o tres veces por día.
“Ahorita en la Policía Municipal se está trabajando con el pastor belga malinois, pastor alemán y pastor holandés, también tenemos labradores. Se seleccionan este tipo de perros porque son muy inteligentes, muy dóciles y que trabajan en conjunto con el policía, les gustan los niños, les gusta jugar, esa es una de las principales características para poder ser parte del grupo K-9”, explica el oficial Eliud Zapata.
Y aclara que desde que los cachorros entrenan en la academia, los policías los sacan a las calles para que se familiaricen con las personas.
Bebeto es el ejemplo perfecto de cómo un perro policía puede relacionarse con los humanos y trabajar en plazas, centros comerciales, escuelas y espacios públicos. Parece un animal serio y poderoso, sí lo es, pero también es juguetón y obediente. Y el encargado del grupo enfatiza: es un perro muy obediente, con un olfato muy desarrollado, es un elemento profesional.
“Cuando nosotros realizamos una inspección en algún lugar, un vehículo, una persona o un domicilio, inmediatamente sin decirle nada él empieza a trabajar; nosotros solamente le indicamos que busque, y él asocia la palabra ‘buscar’ con su juguete”, explica.
El viernes 22 de noviembre Bebeto fue reconocido, junto a 25 elementos de la Comisión de Seguridad y Protección Ciudadana, por el alcalde de Saltillo, Manolo Jiménez Salinas, por su participación en acciones extraordinarias en octubre y noviembre.
Con él han realizado varias detecciones de delincuentes y localizado narcóticos. Y, como si fuera un juego, al otro día Bebeto puede estar patrullando o jugando con niños y demostrando sus habilidades para encontrar drogas y apoyar a la Policía en su lucha contra el crimen.
Academia perruna
Seis perros integran la Unidad Canina K-9.
Esta unidad fue formada hace dos años.
Laboran entre 8 y 10 horas
diarias.
Seis días a la semana
salen a trabajar.
El horario de trabajo inicia a las 06:00 y 07:00 horas y regresan a su jaula a las 17:00 horas.
Son canes de raza pastor belga malinois, pastor alemán, pastor holandés y labradores.
Entrenamiento
Para detectar drogas, a los perros se les entrena con una pelota.
Con un seudoaromas (que contiene olores de todos los narcóticos). Se le esconde el seudoaroma, que al encontrarlo, se le premia con una pelota, así el perro asocia el olor de su pelota con el olor de la droga.
A los perros entrenados para detectar enervantes nunca se les droga.