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Bebés y pantallas
Los especialistas advierten del riesgo del uso de móviles y tabletas en niños menores de dos años.
Un 15% de los menores de un año de edad juega habitualmente con las aplicaciones de móviles y tabletas. Es un recurso común en los viajes en coche, para entretenerles cuando no quieren comer o incluso para calmarles cuando tienen alguna pataleta. Además, a diferencia de la televisión, los padres llegan a sentirse menos culpables al pensar en el valor educativo de los juegos y las aplicaciones de los smartphones con que se divierten los peques.
Y, sin embargo, pediatras y oftalmólogos pediátricos desaconsejan su uso continuado, especialmente en niños menores de dos años.
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Los niños, y en particular los menores de dos años, cuentan con gran plasticidad en su sistema visual, adaptándose a las circunstancias y al medio en el que se desarrollan. De ahí que si pasan mucho tiempo trabajando con una pantalla muy reducida y cercana a la vista – unos veinte centímetros - su sistema de enfoque se podría ver alterado.
Otra de las consecuencias del consumo de estas pantallas es que, en algunos niños, al utilizar tanto tiempo la visión cercana, podrían salir a la luz defectos de graduación, como la hipermetropía, el astigmatismo o, incluso, algunos tipos de estrabismo.
Además, el uso de pantallas de cualquier tipo disminuye la cantidad de veces que parpadeamos por segundo, produciendo una reducción de la calidad de la lágrima, por lo que el ojo se enrojece, dando sensación de sequedad o cuerpo extraño y visión borrosa, y, al mismo tiempo, puede agravar trastornos como la alergia, la atopia ocular y la blefaritis.
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Pantallas: consejos de uso para los más pequeños
Evita las pantallas en menores de dos años: opta por un entretenimiento con juguetes tradicionales, pues potencian la resolución de problemas y la creatividad.
Utilízalas siempre en un área suficientemente iluminada.
Evita que se acerquen a la pantalla para ver mejor.
En caso de que se les haya recetado graduación, deben utilizarla cuando estén con el dispositivo.
Supervisa que no abusen de las pantallas y asegúrate de que dediquen el tiempo suficiente a dormir, leer e interactuar con otros niños.
Y, recuerda, la tecnología nunca podrá reemplazar la interacción entre un niño con sus padres, la forma más efectiva de fomentar su aprendizaje a través del juego, la lectura, el habla y las actividades al aire libre en familia.