El inflable salió al aire exactamente a las 9.30 de la mañana afuera del Palacio de Westminster. Los activistas habían recaudado más de £ 29,000 para pagarlo y el alcalde de Londres, Sadiq Khan , le había dado permiso para volar.

Cientos de manifestantes y turistas curiosos presenciaron el lanzamiento del dirigible, iniciado por las autodenominadas "niñeras Trump", que se reunieron para llevar la demostración a los cielos.

Unos 15 minutos antes había emoción en el suelo cuando dos helicópteros militares pasaron por encima; el dirigible estaba completamente inflado pero amarrado al suelo. "Rápido, dale la vuelta", se alzó un grito, pero los organizadores dijeron que no se le permitió salir al aire antes de las 9.30 a.m. Si Trump hubiera estado en el helicóptero y mirara por la ventana, podría haber visto a Baby Blimp detrás.

A medida que el dirigible subía, un visitante le dijo a uno de los organizadores: "Como estadounidense, significa tanto para nosotros que ha hecho esto. Muchas gracias."

La idea del dirigible no rígido se originó con un grupo de amigos y fue puesta en marcha por el activista Leo Murray, quien creó una campaña en línea con la esperanza de recaudar £ 5,000; la cifra se sitúa en £ 29,000 y contando. Murray dijo ahora que el dinero podría gastarse enviando el inflable a otros lugares donde la gente quiere protestar contra la presencia de Trump, y que podría llegar a Australia, donde se espera que el líder estadounidense haga un viaje en noviembre.

Se espera que decenas de miles de manifestantes salgan a las calles en Londres el viernes, con más manifestaciones planificadas para este fin de semana en Escocia. Al mediodía, los manifestantes reunidos por la Marcha de Mujeres en Portland Place comenzaron a marchar a una manifestación en Trafalgar Square. Otra protesta organizada por Together Against Trump, que incluye sindicatos, Stop the War, amigos de la Tierra , CND y Momentum, se reunirá en la sede de la BBC a las 2 p.m., y finalizará a las 5 p.m. en Trafalgar Square.

Con información de The Guardian