Un insólito hecho ocurrió en un hospital de la provincia china de Zhejiang, más bien, un verdadero milagro. Se trata del bebé An An quien fue declarado muerto por los doctores del recinto, por lo que fue trasladado a la nevera de la morgue para luego ser incinerado.

Sin embargo, algo inexplicable sucedió cuando ya estaban a punto de incinerarlo: el pequeño volvió a la vida ante el asombroso de las personas que estaban presentes.

El bebé nació prematuro el pasado 8 de enero y a pesar de las labores de los médicos por mantenerlo con vida, un mes después fue declarado con muerte cerebral.

Luego de su fallecimiento, el menor estuvo durante 15 horas a una temperatura de 12 grados bajo cero en la morgue.

Solo el llanto del bebé alertó a las personas que trabajan en el lugar que el niño estaba vivo.

El jefe de pediatría del recinto hospitalario aún no lo puede creer: “Fui pediatra durante 20 años y nunca había visto algo así”. Ahora An An se encuentra en la sala de cuidados intensivos del hospital. 

Con información de agencias