Me gusta escribir sobre personas ejemplares que apoyan el crecimiento de su comunidad, sobre localidades que deslumbran por su patrimonio cultural y natural, sobre casos de éxito en materia de prácticas de consumo y producción sustentable, pero de pronto hay noticias que apabullan, que te dejan mudo por ser tan terribles pero sobre las que se tiene que escribir.

¿Cómo explicar los crímenes que se hacen con saña? La sicología de los asesinos ha sido abordada por especialistas muchas veces. Incluso hay cierta seducción que rodea a algunos criminales que les brinda un halo de leyenda. ¿Es posible disfrutar el momento en que se le quita la vida a un igual? ¿Matar por matar?
Entre los diez motines carcelarios más espeluznantes del mundo, dos han ocurrido en México, precisamente en Nuevo León y de éstos uno en Apodaca en 2012 y el más reciente en la madrugada que inició casi por finalizar el pasado miércoles 10 de febrero. 

Que si fueron 49 o más de 49 los reos que murieron en el Penal del Topo Chico, que si aún hay personas graves, que si entre los muertos hay personas que no son reos, que si hubo un error inicial al estimar los decesos, eso no importa. Lo que lastima es que no se previó esa carnicería humana en una cárcel que padece sobrepoblación e incidencia de la delincuencia organizada factores que fueron propiciando un caldo de cultivo para una tragedia de grandes dimensiones.

Una cárcel dentro de otra cárcel:La justicia oficial de los sistemas carcelarios que a veces afecta a inocentes, y la otra justicia de quienes controlan la vida cotidiana de los internos como es el caso del Penal del Topo Chico en el que Los Zetas intervienen hasta en el uso de aparatos electrónicos, comidas y visitas familiares.

He presenciado peleas uno a uno, dos a uno o entre pequeños grupos y siempre hay personas que intervienen para detenerlas. ¿Por qué no se detuvo la masacre en la hora cuarenta minutos que ocurrió? ¡Cien minutos de barbarie!

¿Era desconocida por la autoridad que dirigía este penal desde el 2012 la rivalidad entre Jesús Iván Hernández Cantú “El Credo” y Juan Pedro Saldívar Farías “El Z -27”? Ambos hombres supuestamente del grupo de Los Zetas que presumiblemente estuvieron al frente de los grupos antagónicos que se amotinaron mientras que los custodios se refugiaban en el pabellón para mujeres.

¿Quién es el brillante e íntegro magistrado que ordenó que fuera trasladado “El Z-27” del Penal de Matamoros al Penal del Topo Chico?

Observo que el ser humano pierde su condición de humano cuando está fuera de sí, cuando no piensa sobre el impacto de sus actos, ni en el dolor que causa a otros. Da tristeza observar las fotografías de los familiares de reos que se apostaron la madrugada del día 11 de febrero afuera del Penal del Topo Chico con la angustia de no saber si sus consanguíneos estaban vivos o muertos. 

La fuerza pública no hizo nada para parar la matanza mientras los gritos de los que iban muriendo y el sonido de los golpes de martillos y palos sobre la carne humana se escuchaba por espectadores que sufrían el calvario de no ver a quienes estaban despedazándose y que podían ser sus hijos, padres o esposos.

Hay tres mil ochocientas personas entre hombres, mujeres y niños “viviendo” en esta cárcel que no es la única en México y en Latinoamérica en la que existe sobrepoblación. ¿Cuál será la tragedia que sigue en el sistema carcelario mexicano? ¿Cuál será el siguiente drama?

Desde la cárcel la vida debe ser bien distinta a la que disfrutan los mensajeros de la muerte que tienen intereses económicos dentro de los presidios ya que los internos y sus familias representan un gran negocio que se comparte entre las malas autoridades penitenciarias y las bandas de criminales. Gracias a sus aportaciones económicas se explica que los reos anduvieran libres dentro del Penal del Topo Chico a altas horas de la noche.

¿Qué dirá el Santo Padre ante esto ahora que se encuentra en México? El Papa Francisco es un hombre instruido y con ideas propias. Espero que en su línea discursiva aborde el tema de la injusticia poniendo también el acento en esta reciente tragedia humana para señalar que se debe evitar a toda costa el alto costo social que significan las cárceles dentro de otras cárceles.