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Bajo nuestros pies
Es bueno saber que debajo de nuestros pies no se encuentra un gran bostezo, si no un gran rugido de especies que caminaron, volaron, nadaron sobre el territorio.
A los hijos del desierto, el horizonte les susurró historias que se convirtieron en una gran brecha.
En el Norte se camina sobre la cola articulada de hidrozoario y el ganado bebe agua desde las huellas fosilizadas y prehistóricas.
La tierra aloja en sus entrañas cosas que en nuestro País, faltan aún por explorar y entender.
Seguimos resistiendo ante las adversidades del clima como nuestros primitivos. Y aún hay quien vuela aunque el tiempo diga ‘no’.
Cuando un mueso cumple años, y más si es uno que resguarda piezas tan importantes y de gran riqueza, se debe celebrar.