Baby: El aprendiz del crimen
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Baby: El aprendiz del crimen
El cineasta británico Edgar Wright marcó su muy particular estilo cinematográfico desde su ópera prima como director que data de 1995 y lleva como título “A Fistiful of Fingers” (“Por un puñado de dedos”).
En una clara referencia al clásico del género del spaghetti western “Por un puñado de dólares” protagonizado en los años 60 por el ícono del género Clint Eastwood, “A Fistful of Fingers” era la historia de venganza que emprende un vaquero en contra de un fugitivo que mata a su caballo favorito en un bien logrado género de comedia y humor negro.
Desde aquel año, 1995, contó Wright en fechas recientes en ocasión de su estreno en Norteamérica, escribió el guión de su hoy exitoso éxito veraniego “Baby: El aprendiz del crimen” (“Baby Driver”), y aunque consiguió la inversión inicial de un productor para hacerlo realidad, no tenía los recursos suficientes para filmarla como él quería por lo que ese inversionista le confió el dinero sin plazo específico para materializarlo… sin saber que tardaría un par de décadas para que se estrenara en los cines.
Para fortuna de Wright, el período de tiempo que pasó entre “A Fistful of Fingers” y “Baby: El aprendiz del crimen” le sirvió para pulir su estilo y filmar varios filmes que aunque difícilmente se vieron en cines de México se han convertido con el tiempo en clásicos de culto entre los que se incluyen “El desesperar de los muertos” (“Shaun of the Death”), gran parodia inspirada en la célebre saga de zombies del recientemente fallecido George A. Romero y “La noche de los muertos vivientes”), del 2004, y más recientemente “Scott Pilgrim vs. The World”, del 2010, entre otras.
Por ello es que es motivo de celebración que “Baby: El aprendiz del crimen” llegue finalmente a los cines este verano a Norteamérica y justo hoy sea su estreno nacional que incluye a Saltillo para ver cómo aunque la historia tiene claras referencias por un lado a clásicos que tienen qué ver con películas relacionadas a persecuciones de autos como “Dos pícaros con suerte” (Hal Needham, 1997) o “The Driver” (Walter Hill, 1978) lo mismo que a historias tarantinescas como “La fuga” (“True Romance”, 1993) pero con una identidad propia por tener un atractivo y empático joven protagonista como Ansel Elgort (“Bajo la misma estrella”) con un interesante pasado psicológico en el papel de Baby, un conductor “resignado” a servir a un grupo delictivo para atracos bancarios.
Si a eso se le agregan unos escenarios poco “manoseados” como los de Atlanta, Georgia como los que sirvieron para la coreografía automovilística de esta historia, una banda sonora deliciosa de principio a fin, y un equilibrado elenco que incluye desde ganadores del oscar como Kevin Spacey y Jamie Foxx lo mismo que jóvenes actrices como Lily James (“La Cenicienta”) y la comparable a una joven Eva Mendes en potencia en la mexicana Eiza González, entre otros, consiguen con “Baby: El aprendiz del crimen” no por nada uno de los ya considerados “éxitos inesperados” del verano cinematográfico al llevar recaudados a partir de su estreno en Estados Unidos a finales de junio pasado casi 100 millones de dólares en taquilla habiendo costado 34 millones en producirse.
Comentarios a: alfredogalindo@hotmail.com; Twitter: @AlfredoGalindo