Avenida Q, comedia para millenials en Saltillo

La producción de Broadway llegó a Saltillo gracias a Cuarta Pared Theatre Laboratory con una temporada en noviembre en Casa La Besana
Foto: Vanguardia/Orlando Sifuentes

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Avenida Q El musical
Del 10 de noviembre al 2 de diciembre
Funciones sábados y domingo
17:00 y 20:00 horas
Centro Cultural Casa La Besana
Entrada General: 200 pesos

La posmodernidad ha legado a las nuevas generaciones abruptos cambios en su crecimiento y desarrollo contrastados con un ideologías en perpetuo conflicto

Los jóvenes de hoy crecieron educados en valores cívicos y morales y promesas del futuro que al llegar a la adultez se revelan como fantasías.

Esta es, al menos, la perspectiva de los creadores de “Avenue Q”, Jeff Whitty, Robert Lopez y Jeff Marx, quienes satirizan las tribulaciones de los millenials en una comedia musical que desde 2002 ha recorrido todo el mundo, con muy positivas críticas y decenas de condecoraciones y este fin de semana llegó a Saltillo.

En parodia a los shows infantiles como Plaza Sésamo y Los Muppets, donde títeres de felpa interactúan con actores, así en esta historia sucede lo mismo, pero con un giro que no es apto para menores. Eugenio es un chico recién graduado de la universidad, que llega al barrio de la Avenida Q con la intención de rentar un apartamento para salir a buscar “su meta” —así, sin mayor profundidad— y poder realizarse como persona.

En esta pintoresca vecindad conocerá a un grupo de habitantes igual de coloridos: Kate Monster, una maestra de preescolar con quien establece una relación amorosa; Rodri y Nicky, una pareja de hombres —uno gay de clóset y el otro un heterosexual holgazán— que comparten departamento y una sincera amistad; Nochebuena y Brian, otra pareja dispareja, ella una terapeuta sin clientes, japonesa, y él un soñador aspirante a comediante y Pee Wee, el rentero, antaño la estrella infantil de los Kumbia Kings y ahora caído en desgracia, entre otros más.

Aunque el guión sigue principalmente la historia de Eugenio y su amorío con Kate, la obra destaca en la representación de sus personajes secundarios, algunos de los cuales se llevan el espectáculo.

Este es el caso de Rodri, el serio y controlador —y gay— residente de Avenida Q, interpretado por Said Ampudia y de Trekkie Monster, un pervertido monstruo, amante de la pornografía, que vive en el segundo piso, al cual le da vida Saúl Martínez, en unas estelares actuaciones cómicas.

Con Uriel Rangel en la dirección escénica y Andrés Hernández en la dirección, además de la producción de Rodrigo González y el apoyo de decenas de artistas, ésta es una propuesta que no teme hacer chistes de temas delicados y tira la corrección política por la ventana.

Unos 20 números musicales mantienen al público sin poder dejar de reír, pues se trata de una historia que no le teme a lo ‘políticamente correcto’.