Según declaración de Josué Marcos García Agustín, directivo del Seminario Mayor, en los últimos cinco años más jóvenes profesionistas o con una vida laboral activa, decidieron dejar de lado sus actividades profesionales para dedicar su vida al sacerdocio.

El director académico del Seminario Mayor asegura que esta corriente obedece a que muchos no le encuentran sentido a sus vidas y lo buscan en el servicio a los otros a través de Dios. 

“Tenemos un gran porcentaje de alumnos que ya tuvieron una vida laboral activa y que deciden 
entrar al seminario. En algunas reuniones nacionales se habla de que en México se van apuntalando las vocaciones al sacerdocio”, aunque evitó decir cuántos profesionistas se han unido a las filas del sacerdocio en Saltillo. 

Según el director académico del Seminario Mayor, este fenómeno no se había visto antes, pues generalmente en el seminario menor había jóvenes de entre 15 y 16 años. 

“El motivo es el sinsentido de la vida que hoy viven nuestros jóvenes. La mayoría coincide en que andaban buscando ese sentido de trascendencia que el ser humano por naturaleza tiene, pero que el trabajo no se los dio o tampoco lo encontraron en su profesión y alcanzan a descubrirlo dentro del servicio de la entrega a los demás”. 

Reconoció que el “llamado de Dios” también se ha presentado entre hombres casados o padres de familia y pese a que por su condición no pueden ser sacerdotes, sí pueden ingresar a su formación para el diaconado permanente.