El Seminario Mayor de la Diócesis de Saltillo ayer dio la bienvenida a 81 nuevos seminaristas de Saltillo y algunas regiones de Tamaulipas. David García Rosales, rector del Seminario Mayor, explicó que esta cifra aumentó respecto a la del año pasado. 

De acuerdo con datos del Seminario Mayor de éstos al menos 67 pertenecen a la Diócesis de Saltillo; siete provienen de Matamoros, Tamaulipas; y, ocho de Tampico, Tamaulipas que vienen exclusivamente a un ciclo escolar.

De un año a otro hubo un incremento de estudiantes, pues mientras el año pasado ingresaron nada más ocho jóvenes al seminario menor, este año fueron 22. El rango de edades ha disminuido, mientras anteriormente eran jóvenes que tenían entre 25 o 30 años, ahora son de 18, 20 o 22 años, explicó el padre David García Rosales. 

“Este incremento no nos da esperanza, porque esa siempre la mantenemos; lo que nos da es mucha alegría y gusto porque nos damos cuenta que cuando se trabaja en la promoción, hay resultados. Ahora ha habido un trabajo más intenso, más completo y perseverante”. 

A pesar del incremento de jóvenes que deciden iniciar su vida en el sacerdocio aún prevalecen algunos que deciden abandonar sus estudios teológicos pues el año escolar que terminó con 54 estudiantes de 57 que recién ingresaron al seminario. Los motivos principales han sido porque han decidido que su proyecto de vida está encaminado hacia otro lado. 

Obispo Vera da la bienvenida 

El obispo de Saltillo Raúl Vera López, fue el encargado de celebrar la ceremonia eucarística con motivo del inicio de cursos en el Seminario. Previo a la celebración eucarística el jerarca católico se dirigió a los seminaristas y les recomendó que adquirieran el hábito de la lectura porque se de esa manera podrían ayudar a salvar a los fieles.

"Tienen que adquirir la pasión por la oración desde ahora, los hábitos se crean desde el primer momento", dijo el obispo.
Insistió en que el trabajo eclesiástico no solo tiene que verse expresado en las oraciones, sino en el trabajo en la comunidad y en el cambio del mundo. 

“El fruto de nuestro trabajo tiene que verse reflejado en la historia… es una gran oportunidad el servirle a Cristo desde el ministerio sacerdotal, porque él es el Rey y el que hace que los corazones sean fuertes y los espíritus sean justos tenemos en él la gran posibilidad de darle al mundo hoy profetas”.