Ciudad de México. La tasa de soborno y corrupción en la empresas en México pasó de 21 por ciento a 30 por ciento en sólo dos años, de acuerdo con un estudio realizado por la consultora PricewaterhouseCoopers (PwC), que también destaca que en ocasiones no son reportados ese tipo de delitos económicos en las compañías por considerarse como negocios usuales.

El reporte “Fraude y corrupción, un análisis de su impacto en las organizaciones. Encuesta de delitos económicos 2018” reveló que la tasa de incidentes económicos, que incluye al menos 13 tipos específicos, cometidos en las compañías en el país se incrementó 21 puntos porcentuales, pues pasó de 36 por ciento en 2016, a 56.76 por ciento en 2018, además de incluir nuevas formas de criminalidad.

Destacó que si bien la cifra representa un aumento dramático, la pregunta que surge es si en realidad el número debería ser más alto, pues una gran cantidad de organizaciones en el país (87 por ciento) cuenta con programas formales cumplimientos, mientras que un 41 por ciento ha incrementado su inversión para prevenir delitos económicos en el último bienio.

El documento señala que el segundo tipo de delito más comentado es el soborno y corrupción y se detectó un importante aumento en la tasa reportada en 2016 (21 por ciento) en comparación con la cifra obtenida en el presente año (30 por ciento).

En ese sentido, recordó que indicadores nacionales e internacionales señalan a México como un país de alto riesgo.

“Es necesario cuestionarse cuál es la verdadera magnitud de los casos que no se detectan, no se reportan o, peor aún, que no se reconocen como actos de corrupción, por considerarse indebidamente como prácticas de negocios usuales en México”, indicó.

Consideró que ante esta situación hay un punto de inflexión para redefinir la forma de hacer negocios y que exige a la sociedad, reguladores y Empresas, contar con los más altos estándares éticos, de integridad y transparencia.

PwC también destaca que la tendencia que experimentaron las empresas en México en delitos económicos va en línea con la global, pues en ese mismo periodo la incidencia aumentó 13 puntos porcentuales, mientras que en comparación con América Latina, México se quedó marginalmente por abajo, ya que regionalmente la cifra es de 25 por ciento.

Comentó que a pesar del impulso de diversas legislaciones como competencia económica, anticorrupción y antilavado de dinero, así como una actitud más proactiva de las empresas ante los delitos económicos, la causa de que se sigan cometiendo es que que las áreas encargadas investigar el fraude, las que administran el riesgo y las que informan al Consejo o a los reguladores, se encuentran desconectadas.

La encuesta también encontró nuevos tipos de delitos, ademas de los tradicionales y entre ellos destaca el fraude cometido por el consumidor (23por ciento) y la conducta empresarial inapropiada (19 por ciento), que se ubican en tercer y sexto lugares, respectivamente.

El primer lugar de incidencia, se encuentra la apropiación indebida de activos, la cual disminuyó de 76 por ciento en 2016 a 47 por ciento en 2018.

Mientras que los delitos cibernéticos se ubicaron en la cuarta posición y pasaron de 11 por ciento a 22 por ciento; fraude contable, con un aumento de 6 puntos porcentuales al quedar en 20 por ciento.

Cabe destacar que el lavado de dinero también tuvo un aumento de 5 puntos porcentuales en el comparativo bianual, pues si hace dos años era de 1 por ciento, la encuesta reveló un crecimiento de 6 por ciento.