¡Atrévanse!

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¡Atrévanse!

Hace unas semanas el INE dio muestras de fortaleza prohibiendo la sobrerrepresentación y sancionando a los candidatos que no presentaron gastos de campaña. Si quiere seguir combatiendo la raíz de los problemas que aquejan a nuestra democracia debe cegar una fuente de corrupción electoral y cancelar el registro del Partido Verde Ecologista de México (Verde). 

En nuestro país existe una tolerancia absurda a la corrupción en la vida pública; la asumimos como normal e inevitable. La historia del Partido Verde lo confirma. En 1986, cuando se crea dentro del PRI la Corriente Democrática encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo; Jorge González Torres funda el Partido Verde que luego heredará a su hijo Jorge Emilio, también conocido como el “Niño Verde” y quien fuera protagonista de escándalos tan sonados como pedir dos millones de dólares para otorgar una licencia de construcción. 

El Verde es un ente extraño porque ni es ecologista ni es verde ni es partido. Es un pequeño grupo de personas que han utilizado el registro para recibir millonadas en prerrogativas, entrarle con entusiasmo a la especulación inmobiliaria y tejer alianzas con los principales partidos. Es notable su mimetismo, el Verde ha apoyado en diferentes momentos las candidaturas a la Presidencia de Vicente Fox (PAN), Enrique Peña Nieto y José Antonio Meade (PRI), así como al partido de Andrés Manuel López Obrador (Morena).Durante la primera década de este siglo dediqué tiempo y esfuerzos a denunciar las trapacerías del Verde, supuse que las autoridades electorales aceptarían la evidencia para eliminar una anomalía que erosionaba la vida democrática. En el 2009, por ejemplo, Alfredo Figueroa, Denise Dresser, Eduardo Huchim, Martha Tagle y muchos más, presentamos una queja formal ante el Consejo General del IFE; en ella demostramos que una parte importante de la propaganda electoral verde estaba montada sobre afirmaciones engañosas que violentaban el derecho ciudadano a una información veraz y confiable. Pedíamos la cancelación de su registro. 

No pasó nada. La autoridad electoral se contentó con imponerles multas ridículas. Mientras alegaban que la ciudadanía tenía la prerrogativa de quitarles o concederles el registro en las urnas, se olvidaron de que la ciudadanía decidiría su voto con base en información falsa. En el trasfondo estaba un hecho: entre el 2003 y el 2019 el IFE-INE estuvo sometido a los partidos que protegían al Verde. 

Una de las grandes sorpresas del 2020-21 ha sido la emancipación del INE y el Tribunal Electoral. Súbitamente se decidieron a tutelar el interés general aplicando las leyes existentes. En ese contexto, el Verde sobreestimó el grosor de su impunidad porque, como en elecciones previas, contrató a docenas de “influencers” para que, durante la veda electoral, promovieran el voto por el Verde a sabiendas de que estaba prohibido. 

El INE y la FGR reaccionaron y están llevando a cabo una investigación que incluye la posibilidad de quitarles el registro como partido. El presidente del INE, Lorenzo Córdova, ya declaró que habrá “tolerancia cero”. ¿Se atreverán a revocarles el registro o se contentarán con aplicarles multas que terminarán siendo ridículas por la magnitud de los negocios en juego? El resultado dependerá de la manera como interpreten lo hecho por el Verde. Pueden calificarlo como un incidente aislado o como otra pieza de su turbio historial.

En los próximos meses estará abierta una ventana de oportunidad para que el país clausure una de las fuentes más visibles de corrupción electoral. Eso meterá al presidente de la república y a su partido en un fuerte dilema. Las clases medias de la Zona Metropolitana del Valle de México les asestaron un fortísimo golpe. Una de las formas de recuperarse será esmerarse en la lucha contra la corrupción. En ese contexto resulta ofensivo y risible que nos presuman, un día sí y otro también, su presunta excepcionalidad, mientras tienen a su vera a los cínicos del Verde. 

México no puede seguir desperdiciando fortunas en un partido Verde mientras vemos cómo se deteriora la naturaleza mexicana y el planeta busca formas para frenar y revertir el cambio climático. El Consejo General del INE tiene en sus manos la oportunidad de erradicar una fuente de corrupción de la vida pública. ¡Atrévanse a hacer historia! México y la causa ambiental se los agradecerán. 

@sergioaguayo
Colaboró Anuar Israel Ortega Galindo

SERGIO AGUAYO
CRÓNICAS DE LA TRANSICIÓN