Ataque de EI en un hospital de Pakistán deja al menos 66 muertos y 200 heridos

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Ataque de EI en un hospital de Pakistán deja al menos 66 muertos y 200 heridos

Varias personas socorren a los heridos en un ataque con bomba, hoy en un hospital de Quetta (Pakistán). Foto: EFE
Tras la explosión se ha declarado el estado de emergencia en todos los hospitales de la ciudad.

La milicia terrorista Estado Islámico (EI) se responsabilizó del atentado con bomba contra un hospital en el que murieron al menos 66 personas y 200 resultaron heridas en Quetta, Pakistán.

Ciudad de México.- Una fuente cercana al EI dijo que un comandante del grupo contactó a varios medios para adjudicarse el ataque y que pronto habrá una reacción oficial. El canal paquistaní Geo TV tuvo la noticia algunos minutos en su pantalla pero luego la eliminó.

Un hombre con ocho kilos de explosivos hizo detonar las bombas en la entrada de emergencias del Hospital Civil de Quetta, adonde poco antes había sido llevado ya sin vida el presidente de la Asociación de Abogados de Baluchistán, Bilal Anwar Kasi, asesinado en horas de la mañana a tiros por un grupo de hombres sin identificar.

Entre los muertos se encuentran un periodista de la televisión Aaj, Mahmood Khan, y el cámara del canal Dawn Shahzad Khan, que habían acudido al hospital a cubrir la noticia de la muerte de Kasi.

Las televisiones paquistaníes mostraron imágenes de heridos vestidos con trajes negros de luto, el suelo salpicado de sangre y un gran caos en el centro médico.

El jefe de Gobierno de Baluchistán, Sanaullah Zehri, declaró al canal de televisión Geo que se trató de un ataque suicida “planeado”, que contaba el atentado contra el abogado suscitaría la la llegada de otros letrados al hospital.

“Sabían que dispararían al abogado y que otros abogados irían al hospital. El suicida explotó las bombas que portaba cuando los abogados fueron al hospital”, dijo Zehri.

El político indicó que desconocen quién está detrás del ataque y subrayó que los grupos insurgentes se están centrando en objetivos “blandos”.

La insurgencia paquistaní ya había usado está táctica de dobles atentados en el pasado: en diciembre de 2013 un suicida mató con sus bombas a 30 personas en el entierro de un policía asesinado un día antes en Quetta.

El primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, condenó las muertes en un comunicado en el que afirmó que “no se permitirá a nadie perturbar la paz” y anunció que viajará hoy mismo a Quetta.

El jefe del todopoderoso Ejército, Raheel Sharif, llegó a la ciudad pocas horas después del atentado y visitó a algunos heridos, informó la oficina de comunicación en su cuenta de Twitter.

En los últimos meses varios abogados han sido atacados en la provincia de Baluchistán, región suroccidental donde operan grupos armados de corte separatista, además de facciones talibanes y grupos yihadistas.

Hace menos de una semana el abogado Jahanzeb Alvi fue asesinado por atacantes sin identificar y en junio el director de la Facultad de Derecho de la Universidad de Baluchistán, Amanullah Achakzai, fue también tiroteado.

La Asociación de Abogados de Pakistán anunció que protagonizará una huelga general mañana y ha declarado una semana de luto.

El ataque de hoy es uno de los más graves en lo que va de año en Pakistán, sólo superado por el atentado suicida en un parque de Lahore que causó 73 muertos y más de 350 heridos en marzo.

Pese a estos ataques, Pakistán ha visto caer el número de acciones terroristas en el país, una tendencia que el Gobierno y el Ejército atribuyen a la campaña iniciada en junio de 2014 en el noroeste del país contra supuestos santuarios talibanes.

Esa ofensiva ha causado al menos 3.400 insurgentes y 488 militares muertos, según datos no verificados independientemente, y más de un millón de desplazados.

Con información de EFE y AP