Estados Unidos de América es un país donde de cada mil personas 889 poseen armas, hasta más de cinco. Todas comercializadas por “National Rifle Association” (NRA), la asociación de derechos civiles más antigua, nació en Nueva York en 1871 para hacer que permaneciera por siempre vigente la parte de la Quinta Enmienda que garantiza el derecho de poseer y portar armas. 

En aquel entonces se trataba de alejar a los intrusos que merodeaban la propiedad privada rural y urbana, pero ahora los norteamericanos que asesinan –a placer– a decenas de personas utilizan el AK-47 que dispara 600 balas por minuto.

NRA, el mayor donante de campañas electorales con cinco millones de socios adinerados, fue el que dirigió el apoyo a la campaña presidencial de Donald Trump. El candidato llega a presidente y la Asociación Nacional del Rifle asegura el gran negocio: la proliferación de armas entre los ciudadanos. 

Aportó 52 mil 500 millones de dólares en las elecciones de 2016. NRA también ha empleado dinero para atacar a candidatos demócratas. El resto fue usado para respaldar a Donald Trump y a todo legislador republicano. Por cada dólar que dio a los demócratas, otorgó 200 a los republicanos.

La Asociación ha sobornado a funcionarios públicos y ha financiado campañas publicitarias engañosas para evitar prohibiciones que afecten la venta indiscriminada de armas de alto poder, que en otros tiempos eran de uso exclusivo del Ejército.

El poder económico y la agresividad con que la Asociación impulsa sus posturas, ha creado la impresión de que compra la lealtad de los legisladores. Controla al Partido Republicano desde la base. En 2016 se gastaron 24 millones de euros para promocionar a Trump y hundir a Hillary Clinton.

Con ese control han conseguido no sólo impedir restricciones a las armas de fuego, sino también impedir que se conozca el daño que hacen a la sociedad y la tremenda descomposición psicosocial que provoca “el gusto por las armas”.

Las observaciones de científicos del comportamiento humano y sociólogos indican que toda sociedad humana evoluciona o se corrompe por la cultura fomentada a través de los años, así como también impacta el mejoramiento o la degradación genética de los ciudadanos por nacer.

Si continúa como legado cultural ver como normal que cada generación disfrute de la crueldad infringida a los demás, el día que a los consumidores estadounidenses les falte el abasto de estupefacientes lo más probable es que se desate más locura y ataques criminales, en lugares públicos, contra personas indefensas.

¡Decídete a ser feliz hoy! 

@_A_lfonsina
Alfonsina