Asnos de oro en la política

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Asnos de oro en la política

Un buen ejemplo de nacionalismo ramplón es ver a un paisano en un mundial de fútbol, con el ridículo sombrerote y tratando de llamar la atención. El colmo de ese nacionalismo es que un narco mexicano acuda a los juegos olímpicos en Australia, que llame la atención con el sombrerote para luego ser detenido cuando es reconocido en la televisión.

Bien dijo Borges que el nacionalismo es una manía de primates y, por lo tanto, si lo dice un argentino, y si Linneo afirma que los humanos pertenecemos a ese orden taxonómico, pues entonces muchos tenemos esa manía y creemos que donde nacimos es el mejor lugar del mundo, como lo es Parras de la Fuente, a pesar Evaristo Madero y el “Coco” Dávila, alcaldes gárrulas de esta ínsula Barataria, muy menores a Sancho, hay que decirlo, por carecer de sal en la mollera y por bandidos.

En fin, que hay cosas que nos hacen sentir orgullo por nuestra tierra y que son dignos de mención, por ejemplo, el tema de Montesquieu citando lo dicho por Moctezuma respecto a las religiones, un hecho que retoma Isaiah Berlin en su “Fuste Torcido de la Humanidad”, una historia de las ideas que cita a nuestro emperador azteca, lo cual, debe ser un orgullo de identidad.

Otro hecho relevante es el articulo encomiable que León Tolstoi escribió sobre Porfirio Díaz y que tituló “El redentor de la espada flamígera”, y aunque muchos consideran a Díaz un villano, el hecho de que Tolstoi se haya ocupado de él no es poca cosa.

En su novela “La Caída”, el premio Nobel, Albert Camus, cuenta que en Ámsterdam hay un distrito que se va cerrando en círculos como el Inferno de Dante, donde todo se vuelve más siniestro mientras se va descendiendo al último círculo donde se ubica el bar “México City”, lugar de padrotes, prostitutas y rufianes. Una malévola distinción ¿Por qué no se le ocurrió a Camus llamarlo “La Parrita” o “El Parrense”? Son tugurios de mala muerte en Parras, los favoritos de “El Coco” y Evaristo.

Dice Carlos Fuentes que en una gira por Europa descubrió que en las fábricas checas, para aliviar el tedio de los obreros, tocaban discos de Lola Beltrán, nada mal para una cantante que se inició en las ferias de la uva en Parras.
Víctor Jara, ícono de la canción de protesta, asesinado por Pinochet, está sepultado en la Avenida México del Panteón de Santiago, en Chile. Algo simple pero que honra a México.

A menos de un año de la muerte de Franco, fascistas españoles quemaron la “Librería Méjico” de Madrid, en el aniversario de nuestra Independencia, 16 de septiembre de 1976, una ofensa que nos reivindicó como liberales, antifascistas y republicanos.

Allá por los años 90, hubo un debate que incluyó el tema del cine entre Mario Vargas Llosa y el filósofo Régis Debray, compañero de el “Che” Guevara en Bolivia. Vargas Llosa citó al “Ciudadano Kane” de Orson Wells, el “Asno de Oro” de Buñuel y “Sin Aliento”, de Godard, y luego citó como ejemplos a seguir “El Mariachi”, de Robert Rodríguez y “Como Agua para Chocolate”, ambas películas filmadas en Acuña, Coahuila.

Aclaración pertinente; al citar el “Asno de Oro” no nos referimos a Evaristo Madero o a “El  Coco” Dávila, que conste, porque luego se dan por aludidos.