Usted está aquí
Así se estudian en este laboratorio CDMX al COVID-19
CDMX.- Tras la epidemia de influenza AH1N1 de 2009 nació el Laboratorio de Bioseguridad para el Diagnóstico e Investigación de Enfermedades Emergentes (BSL-2) del Cinvestav, como parte de una red de tres laboratorios que permitiría a la Ciudad de México “tener autosuficiencia para hacer diagnósticos y poder tomar decisiones con bases científicas”. Hoy, ese centro de investigación de 110 metros cuadrados es el único sobreviviente y trabaja, desde hace varios años, como laboratorio centinela de la zona norte.
A 10 años de su creación —fue inaugurado el 13 de mayo de 2010—, el Laboratorio de Bioseguridad sigue vivo y activo. Hace unos años desarrolló un Panel de diagnóstico de 16 virus respiratorios, que es el único en su tipo hecho en México, y que de masificarse su uso permitiría atender de manera más certera y contundente varios virus endémicos de la Ciudad de México.
Hoy, ante la pandemia por COVID-19, el Laboratorio ha realizado más de 600 pruebas de RT-PCR en tiempo real de diagnóstico molecular que identifica la secuencia del RNA genómico del virus SARS-CoV-2, especialmente de muestras de pacientes del Hospital Juárez de México, de la zona norte, adscrito a la Secretaría de Salud; así como algunos casos del Hospital 1º de Octubre, del ISSSTE.
El doctor José Tapia Ramírez, coordinador general de Servicios Experimentales de Cinvestav y responsable del Laboratorio de Bioseguridad, dice que en México hace falta investigación y proyectos de largo alcance a los que se les dé continuidad, “si no hay compromisos va a pasar lo que en 2010: habrá una lluvia de generar laboratorios que se caen a los tres o cuatro años”, dice el investigador, quien agrega que es un hecho que tras el Covid-19 nacerán otros: “Casi se lo puedo asegurar, van a haber muchos proyectos de bioseguridad tras esta pandemia”.
EL GRAN PENDIENTE
En 2010, tras el virus AH1N1, en el país y en la Ciudad de México en particular comenzaron a surgir proyectos de laboratorios de bioseguridad, al menos nivel 2, que son los que pueden hacer diagnóstico e investigación; incluso el gobierno del entonces Distrito Federal anunció la creación de tres laboratorios: uno en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México; otro en el Hospital General “Ajusco Medio” y el del Cinvestav, con la vocación de analizar pruebas epidemiológicas sin tener que recurrir a laboratorios en el extranjero y tener la capacidad de elaborar vacunas.
El doctor Tapia asegura que la virtud de este laboratorio es el respaldo de un centro de investigación como el Cinvestav, y que le dio continuidad al sitio que hoy trabaja con un equipo de seis científicos; y reconoce que fue muy importante que desde el inicio fuera un laboratorio centinela para el diagnóstico de enfermedades respiratorias virales.