Así se comporta nuestro cerebro cuando navegamos por Internet

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Así se comporta nuestro cerebro cuando navegamos por Internet

Fotos: Internet
Diferentes estudios han determinado que al usar la red, los usuarios se vuelven más vulnerables y cambiamos nuestra manera de sentir y actuar

Internet es un espacio casi sin límites y que esconde tantos secretos que en el día a día no somos conscientes, cuando entramos en una página web, por ejemplo, de lo que ello conlleva. Según aseguran expertos en el tema, el tiempo pasa más rápido en el mundo virtual, aunque no lo lleguemos a percibir, y nosotros mismos modificamos, la mayoría de las veces sin darnos cuenta, nuestro comportamiento.

Podríamos decir que al entrar en Internet aparece otra versión de nosotros mismos que piensa y actúa de diferente manera a cómo lo haría en el mundo real. Pero, ¿por qué ocurre esto?

El mundo digital nos volvemos mucho más vulnerables. El problema, dicen los expertos, está en que no nos damos cuenta de ello. Son segundos los que pasan desde que cogemos el móvil para consultar algo, por ejemplo, y dejamos de hablar con nuestra pareja que está sentada a nuestro lado en el sofá.

Este es un fenómeno que se lleva investigando desde hace tiempo, y de esos estudios se han extraído conclusiones muy interesantes y que dan respuesta a preguntas como, por ejemplo, qué pasa por nuestro cerebro cuando navegamos por Internet, qué sentimos, o cuáles son las consecuencias de la transformación de emociones y percepciones.

Estos son cinco de los efectos que los investigadores han observado en los internautas cuando se adentran en el ciberespacio.

1.- EN BUSCA DEL ANONIMATO
Internet nos ha dado el poder de pensar que podemos ser quien queramos ser y también ese anonimato que en la vida real no tenemos: nadie nos obliga a presentarnos ante otros usuarios en persona, con un rostro que nos identifique, con un DNI, ni siquiera dar nuestro nombre verdadero. Esta es, sin duda, una de sus principales ventajas.

No obstante, a través de este anonimato la gente suele hacer cosas en la Red que en la vida real no haría, y, por lo tanto, hay que ser conscientes de los peligros que uno puede encontrarse. Lo que queda claro es que, como hablábamos más arriba, navegar por Internet puede transformarnos, independientemente de los motivos.

2.- Y DE UN MUNDO NUEVO
Amparándose también en el anonimato, muchas personas buscan refugio en Internet, buscan un mundo nuevo y lleno de posibilidades, un mundo diferente al real. El anonimato les da la valentía que a lo mejor les falta, la fuerza para desinhibirse, y por eso están dispuestos a abrirse a los demás internautas. Esto hace que se produzca lo que los expertos llaman "agrupación online": gente con gustos afines que se encuentra en el ciberespacio.

Actualmente con solo un par de clics todo el mundo puede encontrar a personas que están pasando por un mismo problema o situación personal, que quiere compartir una historia para desahogarse, que quiere hacer nuevos "amigos", etc. En la vida real esto sería impensable.

3.- NADIE PUEDE VER CÓMO SOY
No estar obligados a identificarnos a través de una imagen, de nuestra imagen real, hace más fácil que lleguemos a desinhibirnos y, por lo tanto, apuntan los expertos, a que acabemos socializando a través de la Red. Sin duda, es uno de los grandes efectos de la invisibilidad.

Cada uno puede describirse de la forma que crea conveniente, nadie, realmente, sabe qué aspecto tienes, cómo hablas y te expresas, cómo te mueves, cómo vistes... Esto, en cierta manera, aproxima a los individuos y evita prejuicios. Tu interlocutor te está valorando por otros motivos, no por tu aspecto físico.

4.- "EL TIEMPO SE ME PASA VOLANDO"
Lo decíamos al empezar este artículo, el tiempo tiene también un papel muy importante en lo que respecta a nuestra percepción del ciberespacio. La mayoría de las veces no somos conscientes del tiempo que pasamos en Internet. Lo que nos han parecido minutos se ha convertido en una hora.

El tiempo huye, y nosotros, inmersos por completo, no nos damos cuenta. A esta distorsión habría que añadirle el hecho de que la interacción en la Red no se produce siempre en tiempo real, es decir, existe cierto asincronismo, y eso también nos hace estar más relajados.

5.- LA WEB, COMO UN JUEGO
Intentar ser otra persona completamente diferente en Internet implica también ver la Web como una especie de juego en el que uno decide entrar cuando quiere y del que puede salirse para seguir con su vida normal en cualquier momento, como si nada pasase.

La mayoría de internautas que se han creado su personaje, su rol, dentro de la Red cree, aseguran los expertos, que realmente existe una dimensión diferente, un mundo en el que pueden ser héroes, pueden verse como ellos quieren verse y donde además no tienen responsabilidades.

Una vez que se salen del "juego", que apagan el ordenador o el teléfono vuelven a su rutina diaria, como si sus hechos en Internet no fuesen a tener repercusión en el mundo real. Creen, dicen los investigadores, que pueden dejar atrás su identidad en el juego.

Esto, por supuesto, también entraña ciertos peligros, ya que, como todos sabemos, la Red se rige por sus normas y todo el mundo tiene responsabilidades cuando navega por Internet. Tener una visión de la Web como un juego es algo muy arriesgado.