‘Asesinato en América’ 1/2
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‘Asesinato en América’ 1/2
Hay una editorial relativamente reciente, o reciente porque este escritor no la conocía, así de sencillo.
Los libros son difíciles de conseguir. Más en estos pueblos tierra adentro donde las librerías son malas y las pocas que hay, prefieren vender otro tipo de materiales que les posibiliten la sobrevivencia y claro, el negocio. Esta editorial la cual hoy la abordo por primera vez, es ibérica, “Errata Naturae”; sus libros están impresos en España.
De aquí entonces que amén de salir relativamente caros los volúmenes, insisto en su difícil adquisición cuando llegan a estar en los anaqueles de librerías en Guadalajara, DF, Guanajuato o Querétaro.
He adquirido dos de varios posibles. De los dos adquiridos, he leído ya uno. Los volúmenes son “Nueva York, 8:45 A.M”. y “Asesinato en América”. El primero tiene que ver, usted ya lo adivinó, con el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York, la tragedia que cimbró a los Estados Unidos y posteriormente, la caza y asesinato de Osama Bin Laden. El segundo aquí nombrado, aborda los grandes delitos y asesinatos, masacres y hechos demenciales de sangre en el País donde cualquier muchacho puede conseguir un arma; sí, nuevamente Norteamérica.
¿Cuál es la virtud de este par de libros? En ambos volúmenes son recopilaciones de trabajos periodísticos que en su momento ganaron el Premio Pulitzer. Caray, no poca cosa para acercarnos a hechos dramáticos y que han marcado un hito en la historia norteamericana y de la mano de espléndidos periodistas que retrataron los hechos como pocos. Es decir, un periodismo ejemplar.
He leído el segundo aquí deletreado. Es decir, “Asesinato en América. Los grandes delitos de sangre de la historia norteamericana relatados por los premios Pulitzer”. La edición es de Simone Barillari. 350 páginas. Y como siempre ocurre con estos libros que traducen en España, el slang, la jerga y muletillas del habla y caló ibérico, se hacen presentes en todo el libro. Así hay que leerlo. Pero si se deja disfrutar. Sobre todo, para hincarle el diente a los Pulitzer aquí recopilados.
Hay un trabajo en especial que retrata esos momentos clave en toda la vida de un país, los cuales lo modificaron en su estructura e historia, y ese país es el más poderoso del mundo, los USA (de aquí entonces del equívoco del título mismo: asesinatos en “América”, suscrito y delimitado lo anterior a Estados Unidos.
Ningún caso de Chile, Venezuela, Bolivia, Ecuador o México. No. La arrogancia del gringo siempre ha sido esa, llamar “América” a su territorio y nada más. (Punto).
Esquina-bajan
En este país y en el otoño de 1963 en el centro de Dallas asesinaron al presidente John F. Kennedy. Quien ganó los despachos periodísticos, quien ganó los titulares y quien dictó la crónica por teléfono y por telegrama fue el redactor asignado a la Casa Blanca por parte de la UPI, Merriman Smith, un viejo lobo de los entretelones del poder presidencial, el cual a trompicones, arrebatando teléfonos públicos y dictando despachos en frases cortas, telegráficas, se hizo de las ocho columnas a nivel mundial. Él lo anunció al mundo, él lo hizo público. Nadie más.
Con diferencia de minutos y hasta de horas, los demás medios fueron haciendo eco. Pero, la audacia, el olfato de Smith y el arrojo al oler y atisbar semejante hecho de sangre, le valió ganar el Pulitzer en “Reportajes nacionales” en 1964.
Parte de su prosa y relato es el siguiente: “Yo circulaba en el coche para la prensa de la Casa Blanca… De repente, oímos tres explosiones fuertes, dolorosamente fuertes. La primera sonó como un gran petardo. Pero la segunda detonación y la tercera eran inconfundibles. Disparos… Corrí hacia la limusina. El presidente estaba boca abajo en el asiento trasero. La señora Kennedy sostenía contra el pecho la cabeza del presidente y se inclinaba hacia él como si estuviera susurrándole al oído”. Lo demás es historia. Tres disparos silenciaron al mundo. Por boca, lengua y dictado de voz al teléfono, el periodista de la United Press International lo hizo saber al mundo.
Albert Merriman Smith fue y es sin duda, uno de los cronistas políticos más reconocidos de la historia en USA. De él y en su ficha biográfica, se cuenta, publicó al menos tres memorables textos: la muerte del Presidente Roosevelt, el viaje que realizó Nikita Jrushchov a Washington y por supuesto, el reportaje que le valió el Pulitzer, el asesinato en Dallas de Kennedy. Parte de su éxito o digamos, de su oportunidad en ese aciago día, fue que él inmediatamente identificó que habían sido disparos y no la pinchadura de un neumático, el radiador asfixiado de un auto o un petardo al aire. El reportero sabía de armas y conocía de su silbido mortal. Era tan conocedor de armas, que tenía una buena colección de fusiles y pistolas.
Letras minúsculas
Se suicidó con una escopeta, justo cuando le llegaron los primeros atisbos de su vejez. El Pulitzer a la vez, se convirtió en noticia. Continuará…