Asamblea Constituyente de Venezuela: una farsa

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Asamblea Constituyente de Venezuela: una farsa

El pasado domingo 30 de julio se llevó a cabo la elección para elegir a los ciudadanos que integrarán la Asamblea Constituyente de Venezuela y redactarán el nuevo texto que remplazará a la constitución de 1999. 

El gobierno de Maduro ha intentado por todos los medios presentarla como un ejercicio democrático, pero la oposición y más de 40 países en los que se incluye México, se niegan a reconocer los resultados porque consideran que se trata de un ejercicio autoritario que busca perpetuar a toda costa a Maduro en el poder. 

La primera gran queja es que fue el propio presidente Nicolás Maduro fue el que convocó a la Constituyente, es decir, una sólo persona tomó la decisión de que se necesitaba una nueva Constitución, cuando lo ideal hubiera sido que se hiciera una consulta popular, en donde los ciudadanos decidieran la pertinencia de una Constituyente.

La segunda queja y quizá la más grave, es que fueron elegidos como miembros de la Asamblea Constituyente 364 diputados por voto popular y 173 diputados por voto directo de los sectores, que para efectos prácticos son los círculos bolivarianos que controla el propio Maduro. 

Esto quiere decir que se alteró un principio básico de cualquier democracia, que es la igualdad del voto entre las personas, ya que los miembros de los círculos bolivarianos no representan ni el 10% de los electores, pero en cambio sus votos determinarán a más del 30% de los diputados. Esto quiere decir que el voto de un miembro de los círculos bolivarianos tiene al menos tres veces más peso que el del resto de los ciudadanos.

La tercera queja es que la elección se llevó a cabo en un ambiente de intimidación, donde había amenazas de que si no iban a votar las personas perderían su trabajo o los apoyos gubernamentales.

La oposición ubica la participación en dos millones, el Gobierno dice que fueron poco más de ocho millones, pero la empresa Smartmatic que opera las urnas electrónicas en Venezuela, reconoció que los resultados fueron alterados y que se sumaron de forma indebida al menos un millón de votos más.

Esto quiero decir que en la votación a la Asamblea Constituyente hubo menos participación electoral que en la consulta popular convocada hace un par de semanas por la Asamblea Nacional, en donde participaron 7.2 millones de personas, precisamente oponiéndose a la consulta por la constituyente. ¿Cómo argumentar entonces que menos de 50% de los venezolanos, puedan obligar a la mayoría a regirse por una constitución que no quieren?

La trama parece clara y no hay otra conclusión posible más que la votación orquestada por Maduro fue una farsa, en donde se cambiaron las reglas para ganar en la mesa, con un sistema electoral tramposo, lo que su partido y él ya no pueden ganar en las urnas. Lo grave es que ahora tiene un constituyente que podrá introducir una serie de cláusulas que le aseguren el control de las instituciones estatales de manera indefinida.

victorsanval@gmail.com
@victorsanval