En este tiempo de cambio de titular para la CNDH, se recuerda el caso Nochixtlán, aquel enfrentamiento entre miembros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y agentes de seguridad pública, cuando se intentaba despejar el bloqueo carretero de Oaxaca a Cuacnopalan, en un operativo policial realizado en 2016.

El enfrentamiento dejó ocho personas fallecidas y más de 100 personas heridas. Casos como este nos permiten ver la acción  e inacción de las autoridades para resolver temas como este. Es el caso de Arturo Peimbert, aspirante a presidir la Comisión Nacional de Derechos Humanos, este defensor en un acto inédito en el país denunció penalmente los hechos ante la PGR, estableció un proceso para que las personas heridas recibieran atención médica especializada, realizando traslados a la Cd. De México, buscando también el apoyo de médicos sin fronteras.

Acompañó el trabajo que estableció el diálogo entre las victimas sus familiares y los representantes del Estado. Son acciones inéditas y contundentes las que se requieren para garantizar la protección de los derechos humanos de la población, sin titubeo de denuncias penales, protección a autoridades o en su caso responsabilidad del Estado mexicano.