Sur de Saltillo: ‘Sí, aquí ya se han ido tres, dicen que de COVID’

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Sur de Saltillo: ‘Sí, aquí ya se han ido tres, dicen que de COVID’

Funcionario. Alfonso Carrillo González, titular de Salud Municipal. FOTOS: JESUS PEÑA
La lejanía no es suficiente, hasta a las alejadas rancherías de Arteaga se extiende el manto de la pandemia

En el área rural son cada vez más los casos de personas que ya se han contagiado y hasta han fallecido a causa del coronavirus.

En rancherías relativamente alejadas de la zona urbana de Saltillo, empiezan a correr historias de gente que ha perdido la vida por el COVID-19.

Hasta antes de que repuntaran los casos de SARS-CoV-2 en la entidad y se registrara el mayor número de decesos, los pobladores de los ejidos se pensaban inmunes o que estaban lejos de padecer esta enfermedad.

Pero, por ejemplo, en comunidades del sur de la ciudad como “La Encantada”, ya se han presentado, al menos en el último mes, tres defunciones de ejidatarios como resultado del coronavirus.

Problema. Estar tan lejos de zonas urbanas dificulta los contagios, pero también la atención y el seguimiento médico.

Lo mismo ocurre en la localidad de San Juan de la Vaquería, donde los lugareños tienen contabilizados, cuando menos, otros tres casos de personas a las que la pandemia se ha llevado de este mundo.

“Como en las rancherías hay un número reducido de gente, una mayor distancia entre las casas y no hay un contacto tan cercano entre diferentes personas, se piensa que al estar con mayor actividad al aire libre, con mayor distanciamiento entre las personas y con poca población, que, hasta cierto punto, se está protegido, pero están protegidos de que sea un contagio masivo, no están protegidos del contagio en sí”, dijo Luis Alfonso Carrillo González, titular de Salud Municipal.

A este problema se suma la ya añeja falta de infraestructura en salud que prevalece en la mayoría de los ejidos de la entidad, y que se traduce en la carencia de clínicas, personal médico y medicinas para el combate de las diferentes enfermedades.

Contagios. La movilidad, cuando llega a zonas rurales, pone en riesgo a sus habitantes; ya que hay visitantes que no respetan las medidas sanitarias.

 “En las rancherías tenemos el inconveniente de que no podemos tener personas que estén evaluando a los sospechosos en forma inmediata. Se tienen que desplazar a la ciudad, porque en muchos lugares no se cuenta con centros de salud. Y eso dificulta que sea medida la oxigenación y que haya un seguimiento de los contagios. La distancia de la ciudad a ellos los protege en algo del contagio, pero los pone en desventaja en cuanto a las medidas de detección oportuna”, comentó Carrillo González. 

Según la versión de los habitantes de ambos ejidos, los fallecidos han sido generalmente adultos mayores y que presentaban otras enfermedades como diabetes y alta presión, males que hicieron todavía más difícil su lucha contra el virus.

“La gente que se está quedando en los ranchos suele ser de edad más avanzada y que ya tiene algunas enfermedades crónicas”, confirmó el titular de Salud Municipal.  

Esta situación ha provocado un estado de temor permanente entre los que viven en las rancherías, donde antes de la llegada de la pandemia la vida transcurría sin sobresaltos.

“Nadie está exento de estar contagiado, nadie tiene una protección natural contra el virus. Al tener mayor movilidad social se aumenta la posibilidad del contagio. Se sienten protegidos por estar retirados y al aire libre, pero como quiera están en contacto con gente que se ha movilizado a las ciudades y que no siempre guarda las precauciones que les estamos recomendando”, detalló Luis Alfonso Carrillo, también integrante del Comité COVID-19 Región Sureste.  

Ello ha obligado a los campesinos a adaptar las medidas sanitarias del uso de cubrebocas, gel antibacterial y la sana distancia, durante las reuniones o eventos propios de su comunidad.

“Sí, aquí ya se han ido tres, dicen que del COVID. La gente ya anda asustada”, narró una vecina de “La Encantada”

Se espera, de acuerdo a las proyecciones de las autoridades sanitarias, que aun en el campo el número de contagios y las muertes por COVID, crezcan, después de las celebraciones decembrinas.

“Es común que los familiares visiten a sus parientes en los ranchos y ellos les lleven los virus que no habían llegado de otra manera. O bien que las personas que habitan en los ranchos vengan a la ciudad a llevar sus insumos, sus regalos, sus alimentos y que de aquí recojan el virus y lo lleven al rancho”, advirtió Carrillo González.