Las atenciones médicas por violencia intrafamiliar y heridas por armas continuaron al alza en Coahuila; a partir de abril los casos mensuales rebasaron los 200 y 100 respectivamente, de acuerdo con información del Boletín Epidemiológico.

En total, se han registrado mil 030 servicios médicos por violencia intrafamiliar en el Estado, 37 a hombres y 993 a mujeres, lo que representó un aumento de 118 por ciento en comparación con el año pasado cuando se contabilizaron 472 casos hasta la semana 28, la más reciente actualización del informe de la Secretaría de Salud, con corte al 18 de julio.

En cuanto a las personas heridas por armas de fuego y punzocortantes, el incremento fue del 154.47 por ciento, ya que de 268 registrados en el mismo periodo de 2020, la cifra alcanzó 682 en lo que va del año, 435 hombres y 247 mujeres.

Junio fue el mes con más atenciones médicas brindadas para ambos casos: 231 por violencia intrafamiliar y 150 por heridas con armas.

Sin embargo, todavía faltó contabilizar el total de julio, que hasta la semana 28 registra 184 casos de violencia intrafamiliar y 132 heridos por armas, lo que significó un promedio diario de 10.22 y 7.33 respectivamente.

Con esto, julio rebasó el promedio de casos al día ocurridos en junio: 7.7 por violencia en el hogar y 5 por heridas con armas de fuego y punzocortantes.

La tendencia al alza por violencia familiar no ha parado en todo el año: enero tuvo 48 reportes, febrero 52 y marzo 89; mientras que en esos meses las personas heridas por armas descendieron de 62 a 55 y 45 respectivamente.

A partir de abril, los casos aumentaron considerablemente, con 212 reportes de violencia familiar y 128 heridos por armas; en mayo se acumularon 213 y 110 respectivamente, para luego en junio registrar la cifra más alta en un mes: 231 y 150 casos,

En lo que va del año, el promedio de atenciones médicas por violencia familiar fue de 36.75 casos por semana, es decir, al menos 5 al día; mientras que la media de heridos por armas alcanzó los 24.35 casos semanales, o 3 diarios.

La violencia familiar no distingue posición económica ni nivel escolar, y generalmente se comete contra las mujeres.