Ciudad de México.- Luego de que cientos indígenas han sido desplazados por un conflicto territorial en los municipios de Chenalhó y Chalchihuitán, Chiapas, la Arquidiócesis aseguró que el sureste mexicano es "un foco rojo encendido" que requiere la atención de las autoridades, pues, afirmó, la situación podría empeorar.

En el editorial del semanario Desde la Fe, titulado: Chiapas, desastre humanitario, la Arquidiócesis denunció que el conflicto territorial  ha causado la muerte de cuatro menores "que no deberían haber muerto de hambre y frío.".

Agregó que el problema "es un vicio arraigado y perpetuo, y que perjudica a los más pobres: la ausencia del estado de derecho, fortalecida por los manejos de poderosos con oscuros intereses desmedidos. No importa que para conseguirlos se pierdan vidas humanas".

Sin embargo, advirtió que la situación podría empeorar ya que grupos ilegales “están obteniendo más armas y aumentan sus amenazas. Es imprescindible su contención, desarme y procesamiento judicial, para garantizar la desactivación de las causales del desplazamiento forzado”. 

La Arquidiócesis acusó que las autoridades no hacen caso a las solicitudes de mediación y pronta solución del problema, ya que "comienza el proceso electoral para renovar el cargo de gobernador del estado el año entrante, junto con la elección federal para la Presidencia de la República”.

"Lamentablemente ya todos andan buscando qué les va a tocar en el siguiente puesto, en la siguiente elección, y ya lo que menos les importa son las matanzas entre el propio pueblo”, agregó al citar las palabras del obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi.

Por ello, consideró que "sureste mexicano es un foco rojo encendido que requiere atención inmediata" con el fin de revertir los rezagos ancestrales que se acentúan conforme pasa el tiempo y las elecciones se avecinan.

“Chiapas es el caso más lamentable de pobreza, olvido y marginación polarizada por conflictos añejos, que toma fuerza cada fin de sexenio. Los más vulnerables son los sencillos, la gente humilde que anhela vivir en paz, mientras otros se enriquecen sin límite", acusó.

La Arquidiócesis dijo que el conflicto ha dejado hasta el momento cinco mil indígenas desplazados por la violencia, quienes “no cuentan con alimentos ni atención médica; no hay elementos necesarios para la subsistencia más elemental".