La pelculiaridad de distintas circunstancias cotidianas habita en el libro de Armando Alanís Canales: “Coitus interruptus”; una colección de relatos breves que se presentó el fin de semana en Saltillo.

La audiencia en la Sala Julio Torri, incluyendo a los presentadores José de León y Claudia Luna, se encontraron compartiendo comentarios sobre las lecturas del libro de Armando Alanís Canales, mientras el autor iba en carretera camino hacia la librería, a causa de un contratiempo.

“Es un tipo que encaja para mis expectativas como editor. (…) Armando es una persona que funciona mucho en redes sociales. Es una persona que se está (explorando) demasiado la cuestión del cuento corto, del texto corto, del aforismo, el poema mínimo con el Twitter y el Facebook”, comentó luego De León sobre su colega.

De León dijo que su editorial busca autores “hechos”, como Alanís, que cuenten relatos con ambigüedad, dislocamiento del lenguaje, perfectamente resueltos, con sorpresa, y sin malicia. Luego, Jesús cedió la palabra a la escritora Claudia Luna, quien se refirió al autor como un “contorsionista” que habla de su forma de escritura con textos minimalistas como “Epitafio”, que consiste en una sola palabra: “Volveré”.

Finalmente, Alanís arribó a la sala recibido por los aplausos del público presente, para así reunirse con los presentadores. Después de dar lectura a unos cuantos extractos de su libro y platicar un poco sobre su proceso de creación, el autor habló con VANGUARDIA:

-¿Podría decirnos qué es “minificción” para usted?-

“Para mí una minificción es un texto que unas cuantas palabras te sugiere una historia. No debe rebasar la página y lo ideal es que sea de dos a tres párrafos, de dos o tres líneas o, incluso, de una sola línea.”

-¿Qué lo llamó a escribir estos relatos cortos?-

“En realidad es la vida cotidiana. Para donde quiera que camino o donde quiera que voy me tropiezo, con historias que contar. A veces dos que están platicando. El título de algún periódico amarillista de la tarde (…) O algo de lo que uno es testigo o que le pasa a uno mismo. Entonces siempre hay que mantener los ojos muy abiertos y también los oídos para captar todas esas historias que están flotando”

-¿Existe un mensaje o idea común que desea comunicar con sus relatos?-

“Llamar la atención del lector del sobre situaciones cómicas, trágicas… o a veces “tragicómicas”. Y sin excluir nunca la imaginación, que esa es una de las grandes herramientas para un escritor, tan importante como el propio lenguaje”

Alanís además de profesor en la Academia de Creación Literaria de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México  es el encargado del espacio Alfileres en el suplemento Laberinto del periódico Milenio.