Saltillo.- La zona metropolitana de Saltillo se encuentra muy cerca de alcanzar el millón de habitantes, según cifras del INEGI difundidas este año. Hay especialistas que creen que ese nivel ya se superó.
 
Integrada por los municipios Saltillo, Ramos Arizpe y Arteaga, esa área conurbada rondaba los 923 mil 630 habitantes, con un ritmo de crecimiento de aproximadamente 20 mil habitantes por año.
 
La distribución poblacional de las tres ciudades es la siguiente: Saltillo, con 807 mil 531 habitantes; Ramos Arizpe, con 92 mil 828, y Arteaga, con 23 mil 471.
 
Los datos superan ligeramente estimaciones del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, que en mayo de 2016 fijó en 911 mil 082, la población de la zona conurbada.

El Centro de Investigaciones Socio Económicas de la Universidad Autónoma de Coahuila, en el Perfil Económico regional, destaca que ahí el crecimiento demográfico fue el más alto en 10 años.
 
Subraya que por el dinamismo económico de la zona conurbada de Saltillo la tasa aumentó 2.91 por ciento, cuando el promedio estatal fue de 2.70 por ciento y el nacional de 2.60 por ciento. 
 
La juventud de la población saltillenses todavía es un capital valioso por que el 47.5 por ciento de los habitantes es menor a 25 años de edad.

La zona metropolitana genera más de la tercera parte del Producto Interno Bruto de Coahuila. Ahí 4 de cada 10 puestos de trabajo formales -estables y bien remunerados- están la manufactura.
 
Dado el acelerado dinamismo que registraron Saltillo y sus municipios conurbados, algunos investigadores consideran que la barrera del millón de personas pudo haberse rebasado ya.

De cualquier forma, se hayan o no alcanzado el millón de habitantes, la cercanía a la “cifra mágica” obliga a autoridades, empresarios y sociedad civil a prepararse para la “crisis de crecimiento”.

El aumento poblacional, además de atraer satisfactores para la sociedad, implica retos: abasto de agua potable; infraestructura física y de profesionales para la educación en todos los niveles y, por último, la atención a la salud y el combate eficiente al crimen de cualquiera manifestación.