Victoria Beckham sube a la pasarela una nueva propuesta otoñal con grandes dosis del ADN de su Gran Bretaña natal de la mano de clásicas siluetas masculinas y majestuosos vestidos fluidos, en la apertura de la Semana de la Moda de Nueva York.

Bajo una cortina de lluvia gélida, la diseñadora británica abría este domingo la jornada de desfiles en el edificio renacentista Cipriani, todo un clásico de los desfiles de Beckham desde que dejó la Biblioteca Pública de Bryant Park hace más de dos años.

En una entrevista con dpa en el backstage del desfile, la diseñadora asegura que su colección otoño/invierno 2017 está pensada para una "mujer inteligente, chic y con espíritu fresco".

"La actitud de la línea es de libertad, seguridad y poder. Es un mirada optimista. Estas son piezas para la realidad, y para la vida real de cada mujer", añade Beckham, quien poco a poco se ha ganado el respeto de la industria hasta coronarse como una de los nombres más potentes del calendario neoyorquino.

Al ritmo de azul navy y burdeos, la diseñadora británica apuesta por estructuradas prendas masculinas intercaladas con exquisitas siluetas femeninas como una sublime serie de vestidos con estampado en mosaico. David Beckham y sus hijos, Brooklyn, Romeo, Cruz y Harper, presidieron el "front row" del desfile junto a la editora jefe de Vogue Estados Unidos, Anna Wintour, en una de las estampas más buscadas de la jornada.

Horas más tarde le llegó el turno a la firma española Custo Barcelona, que una temporada más tiñó los estudios Pier 59 del barrio del Chelsea con su característica explosión de grafismo y color. "El hilo conductor de la colección es el brillo utilizándolo como un nuevo lenguaje de moda para que no quede relegado solamente para ocasiones de fiesta sino también durante el día", explica Custo Dalmau en una entrevista exclusiva a dpa días antes de su desfile.

El original de Lérida asegura que "este es el cambio más grande que nunca" se ha hecho en la firma, ya que "todas las salidas, tanto las de hombre como las de mujer, contienen brillo". Bajo el título "Light Years", la firma española apuesta por un otoño 2017 en gamas verdes, azules y metálicas expuestas en una innovadora mezcla de tejidos y patrones con asimetrías, volantes y detalles patchwork.

Ante la reciente salida de grandes nombres del calendario de la Semana de la Moda de Nueva York, Custo Barcelona comenta que la cuarta pasarela del mundo "ya no es lo que era". "A la misma hora del desfile hay otras cinco presentaciones más. Nueva York se ha convertido en una pasarela demasiado comercial", reconoce.

"Hace 21 años, cuando empezados a desfilar, ésta era una pasarela muy selectiva. Se ha perdido un poco el espíritu de ser una plataforma con propuestas innovadoras. Creemos que se les está yendo un poco de las manos. Nunca hemos dicho que dejaríamos de venir a Nueva York pero si encontráramos una plataforma que tuviese la misma proyección internacional, seguramente nos cambiaríamos", apunta Custo.

El diseñador español no descarta mirar hacia Milán o incluso París, en una tendencia empezada por la firma californiana Rodarte, la cual ha decidido cambiar la Semana de la Moda de Nueva York por la parisina.

Los chicos de Proenza Schouler también empezarán a desfilar en la capital francesa a partir de las colecciones de Resort y Primavera 2018, mientras que Tommy Hilfiger o Rebecca Minkoff han escogido la pasarela de Los Angeles como excepción para esta edición de febrero.

La otra cita "made in Spain" del calendario neoyorquino llegará el próximo miércoles 15 de febrero de la mano del diseñador Josep Font para Del Pozo, quien en poco más de tres años se ha convertido en una pieza clave del circuito neoyorquino y en uno de los nombres favoritos de los editores estadounidenses y de celebridades de la talla de Keira Knightley, Cate Blanchett, Kate Mara o Julianne Moore.