El Parlamento de Cataluña, con mayoría independentista, aprobó hoy avanzar de forma unilateral hacia la secesión de la región del noreste de España, en lo que supone un desafío al Tribunal Constitucional y al Estado español.

La coalición separatista Junts pel Sí y el partido anticapitalista CUP apoyaron en la Cámara las conclusiones de la comisión que estudió el llamado proceso constituyente catalán, que abre la puerta a un referéndum para la "desconexión" de la región del resto España.

La votación no estuvo exenta de polémica. Los grupos de la oposición, contrarios a la resolución, advirtieron de las consecuencias y acusaron a los separatistas de buscar enfrentarse con el Tribunal Constitucional, que había vetado este debate en la Cámara regional.

Para el Partido Popular (PP), el de Mariano Rajoy, el texto sometido a votación supone un "atentado" contra la ley. "El Estado de Derecho actuará", advirtió el líder de la formación conservadora en el Parlamento catalán, Xavier García Albiol.

"Estoy de acuerdo con que el Parlament (Parlamento) cumpla con el encargo de los ciudadanos (...) No estamos fuera de la legalidad", defendió por su parte el jefe del Gobierno catalán, el secesionista Carles Puigdemont.

"Nosotros por la independencia no tenemos miedos", añadió el presidente del grupo parlamentario de Junts pel Sí, Jordi Turull.

En el texto aprobado se recogen las conclusiones de la comisión que estudió el llamado proceso constituyente catalán, que avalan una serie de leyes para facilitar la secesión de la región y contemplan un "mecanismo unilateral de ejercicio democrático", es decir, un referéndum independentista no pactado con España.

El Tribunal Constitucional español exigió hace unos días a los secesionistas que respeten la Carta Magna española y vetó la apertura de un proceso constituyente en Cataluña "encaminado a la creación de la futura constitución catalana y del estado catalán independiente".

La región, de 7,5 millones de habitantes, celebró en septiembre unas elecciones en clave plebiscitaria que ganó la lista Junts pel Sí, auspiciada por el máximo impulsor del proceso soberanista catalán, el entonces presidente del Gobierno regional Artur Mas.

Sin embargo, la lista no obtuvo mayoría absoluta, por lo que se vio obligada que pedir el apoyo de los anticapitalistas y secesionistas de la CUP para poder gobernar. Éstos presionaron para que Mas se retirara y Puigdemont se puso finalmente al frente del Gobierno.

El ahora presidente anunció en junio que se someterá en septiembre a una cuestión de confianza en el Parlamento de la región, después de que su socio, la CUP, no apoyara su proyecto de presupuestos.

Hoy avanzó que esa votación se celebrará el 28 de septiembre. Para evitar la convocatoria de nuevas elecciones en Cataluña, que pondrían en peligro el proceso independentista, el mandatario necesita el apoyo de la CUP. El partido anticapitalista había pedido a Junts pel Sí muestras claras de "desobediencia" a las instituciones españolas.