Saltillo.- ¿Alguna vez tu pareja te pidió que te cambiaras de ropa porque tu falda está muy corta, te ha pedido administrar tu sueldo o ha insinuado abandonarte si no accedes a sus chantajes? Si dijiste sí a alguna de las preguntas anteriores podrías ser víctima de la violencia invisible. 

El violentómetro, una tabla que mide la calificación del 1 al 30 y visibiliza los niveles de violencia, ubica a las bromas hirientes, los chantajes, las mentiras, los celos y las descalificaciones como los primeros indicadores de que la violencia podría aumentar. 

Mientras que las humillaciones en público, intimidaciones, las prohibiciones (amistades, familiares, dinero, lugares, apariencia, celular, redes sociales, etc.), las caricias agresivas, así como la destrucción de artículos personales, son señales que los niveles de violencia van en aumento. 

Finalmente, los empujones, jaloneos, cachetadas, encierros, amenazas con objetos punzocortantes, amenazas de muerte, abuso sexual, mutilar y asesinar, son signos de que la violencia rebasó los límites y en algunos casos, no hay nada que hacer. 

Para Luz María Morales Núñez, titular de la Secretaría de las Mujeres, las mujeres deben estar atentas a estas señales porque instrumentos como el violentómetro ayudan a identificar acciones concretas porque la violencia se va “normalizando”. 

A pregunta expresa sobre cuál es el tipo de violencia más difícil de superar, la especialista asegura que es variable y depende de distintos casos. 

“La violencia física ya también trae una carga psicológica, porque los golpes pueden sanar dependiendo del tipo de agresión física. Pero todo siempre trae una carga emocional, por eso cualquier acompañamiento debe hacerse con una trabajadora social o psicóloga para que pueda ir trabajando el autoestima de las mujeres y el área legal”, explicó. 

EL PERDÓN

Para Morales Núñez el perdón forma parte del ciclo de violencia y tiene que atenderse las veces necesarias en la Secretaría de las Mujeres. 

“Nosotras no nos debemos juzgar, porque debemos respetar las decisiones de cada una. No sabemos la carga del por qué vuelven con su agresor: si por la inseguridad que les genera, porque no se ha trabajado a fondo en el autoestima de la persona. Puede ser un área económica porque les genera temor no saber de qué van a vivir junto a sus hijos, también influye el miedo por las amenazas constantes que reciben”, expresó la titular de la Secretaría de las Mujeres.