Tras una serie de prórrogas excedidas y retrasos, el próximo lunes por fin será aplicada la última prueba psiquiátrica a uno de los menores del kínder Borja de Saltillo, que denunció haber sido víctima de violencia sexual en octubre pasado.

De acuerdo con fuentes cercanas al caso, la prueba a aplicar a uno de los menores será trasladada a una nueva sede, luego de las irregularidades que el ministerio público tuvo en la última ocasión en que se iba a aplicar la misma prueba en el Centro de Salud Mental de Saltillo.

Fue el pasado 24 de enero cuando esta prueba debió aplicarse; sin embargo, a la llegada de la defensa de Gerardo y Servando “N”, las autoridades del Centro de Salud Mental informaron que no habían sido notificados por la Fiscalía como se suscribe en la ley, para realizar ningún tipo de prueba.

Como desde un inicio, en esta última prueba acudirán peritos expertos en la materia psiquiátrica contratados tanto por el MP así como por la defensa de los acusados, para desde una cámara Gessel, hacer el análisis del estatus psicológico del menor, con el objetivo de identificar la veracidad en la acusación contra el intendente y el maestro de música de la institución educativa.

De acuerdo con esta misma fuente, tanto los padres de los menores, como el Ministerio Público, han tenido una serie de omisiones irregularidades para desahogar el caso; y a raíz de eso fue que se realizó una marcha de maestros y amigos de los acusados que llegó hasta el Palacio de Gobierno de Saltillo para exigir claridad en el tema.

Asimismo, la fuente reveló a VANGUARDIA que el abuelo del menor, a quien le han pedido declarar en reiteradas ocasiones, y quien fue el principal denunciante de que su nieto había sido víctima de violencia sexual, ya cuenta con representación legal para el caso.