Aplican estrategias fallidas en Saltillo para ahuyentar palomas del Centro Histórico

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Aplican estrategias fallidas en Saltillo para ahuyentar palomas del Centro Histórico

Para la selfie. Algunos saltillenses que acuden a la Plaza de Armas, tienen como costumbre alimentar a las aves. ARCHIVO
Explicó que entre las dos razones por las que más se ven afectados los edificios arquitectónicos más importantes del Centro Histórico son los fenómenos antropogénicos como el graffiti y las aglomeraciones a su alrededor

Pese a las estrategias implementadas para ahuyentar las palomas de los monumentos históricos, las aves vuelven a invadir causando un grave deterioro, pues aunque ya se demostró que no son útiles, vuelven a repetirlas, así lo aseguró Francisco Aguilar Moreno, delegado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Coahuila.

“El tema de los búhos no va a servir de nada, ya se ha implementado y de algún modo las palomas les pierden el miedo pues éstos no se mueven, incluso se llegaron a instalar bocinas con el chillido de un halcón para espantarlas pero vuelven porque no lo ven llegar nunca”, aseguró el delegado.

Explicó que entre las dos razones por las que más se ven afectados los edificios arquitectónicos más importantes del Centro Histórico son los fenómenos antropogénicos como el graffiti y las aglomeraciones a su alrededor, pero sobre todo el guano de las palomas.

“Son animales aceptados por los saltillenses, pero son carroñeros, el guano de la paloma es mucho más contaminante que el del murciélago, al grado en que genera una enfermedad llamada histoplasmosis, que afecta los pulmones”, explicó Aguilar Moreno.

Las estrategias de colocar búhos o sonido de halcón no han dado resultado, agregó, la prueba son las miles de aves que hoy continúan deteriorando la Catedral de Santiago, Palacio de Gobierno y el resto de los edificios.

Recomendó a los recortes de cada inmueble la colocación de cadillos con puntas, cintas cromáticas y mallas, como algunas de las estrategias que han dado resultado en edificios de otras entidades.

“La solución que hemos encontrado, además de retirarlas, son las cintas de colores en forma de caireles porque el movimiento de éstas con el viento no permite que lleguen los animales, sin embargo, corresponde a las autoridades proteger tanto a los animales como a los inmuebles”, recomendó el delgado. 

“Nosotros lo que hacemos es orientarlos, como lo marca la ley para conservar el patrimonio cultural, pero lo que sí te puedo asegurar es que de no implementarse, el deterioro al patrimonio cultural continuará ante al alcalinidad, plumaje, nidos y demás afectaciones que provocan la sobrepoblación de aves.