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Aplaza el Vaticano el juicio del llamado caso “Vatileaks2"
El juicio por filtración y publicación de documentos secretos del Vaticano fue suspendido hoy hasta el 7 de diciembre por petición de la abogada de la imputada Francesca Chaouqui, mientras la prensa publica cruces de declaraciones y documentos procesales.
La segunda vista del juicio del llamado caso "Vatileaks2", en referencia al proceso contra el mayordomo de Benedicto XVI en 2012 también por robo de documentos, duró sólo 13 minutos, el tiempo para que el presidente del Tribunal, Giuseppe Dalla Torre, decidiese dar cinco días de tiempo a la abogada Laura Sgrò para presentar pruebas y testigos.
En esta segunda audiencia estaba previsto el interrogatorio a uno de los imputados, el sacerdote español y secretario de la extinta Comisión investigadora de los organismos económicos y administrativos de la Santa Sede (COSEA), Lucio Ángel Vallejo Balda.
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Desde la primera audiencia todo parecía indicar que se trataría de un proceso rápido y que se quería concluir antes de que comenzase el Jubileo, el próximo 8 de diciembre, pero ahora parece que será algo más largo ya que se prevén, entre otras cosas, decenas de testigos.
En la sesión de hoy, Della Torre comunicó que Chaouqui revocó a su defensa de oficio y nombró letrada de confianza a Sgrò, una conocida abogada del Tribunal de la Rota encargada de importantes casos de nulidad matrimonial, como el de la conocida actriz italiana Valeria Marini.
Los miembros del tribunal, tras una reunión de diez minutos, decidieron conceder esos cinco días y suspendieron la vista hasta el lunes 7 de diciembre, cuando retomará con el interrogatorio de Vallejo.
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Como en la primera audiencia, celebrada el pasado 24 de noviembre, en el Tribunal del Vaticano estuvieron hoy presentes los cinco imputados por filtración y publicación de documentos reservados de la Santa Sede, así como sus abogados.
En el banquillo se sentaron de nuevo Vallejo y Chaouqui, que fue arrestada con el español y puesta posteriormente en libertad el uno de noviembre, junto con el excolaborador del COSEA Nicola Maio y los periodistas Gianluigi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi, quienes han publicado sendos libros que contienen los documentos reservados del Vaticano por los que se ha abierto el proceso.
En los pocos minutos de audiencia se pudo observar un clima más relajado con el sacerdote español que intercambiaba algunas palabras con el que fue su colaborador, Maio, y el periodista Nuzzi.
Mientras, Vallejo y Chaouqui ni se miraron, pero ambos protagonizan por filtraciones a la prensa un duro intercambio de acusaciones.
Nuzzi incluso hizo públicas en televisión las conversaciones que mantenía a través de la aplicación "Whatsapp" con el sacerdote para asegurar que en ningún momento ejerció presión para recibir los documentos, que es el cargo por el que está imputado.
El diario "La Repubblica" publica hoy además algunos datos sobre un supuesto "documento", depositado por Vallejo para que constase en el sumario, en el que declara haber mantenido relaciones, incluso sexuales, con Chaouqui, y cómo esta después le insulta y presiona para que entregue algunos documentos.
En esta especie de "declaración" y admisión, el sacerdote afirmaría que ante estas presiones filtró los documentos "menos peligrosos, dañinos (para el Vaticano) o de menos valor".
Chaouqui volvió hoy a asegurar que se trata de "mentiras" y que se querellará con el sacerdote por ello.
La relaciones públicas acusó el pasado 28 de noviembre en su perfil de Facebook, donde escribe casi cotidianamente sobre este caso, que "Vallejo entregó a los periodistas el archivo entero del COSEA" al haber visto en Nuzzi "como hizo el mayordomo (de Benedicto XVI) un último recurso para sacudir las conciencias".
Nuzzi, otro de los imputados y autor del libro "Via Crucis", hizo público en el programa televisivo que presenta, "Quarto Grado" de canal televisivo "Retequattro", los mensajes de "Whatsapp" que intercambiaba con Vallejo.
En ellos, según asegura Nuzzi, Vallejo le informaba de que estaba "preocupado" por la situación en el Vaticano, donde le decía que existe "una guerra abierta".
Ante la acusación de haber obtenido la información con métodos "ilícitos", Nuzzi ha declarado siempre que en los mensajes que intercambiaba con Vallejo y que forman parte del sumario se puede observar que nunca "presionó" al sacerdote.