A más de un mes del apagón analógico en Torreón, algunas familias siguen padeciendo la falta de distracción. Otros decidieron contratar un servicio de cable pero no saben cómo pagarlo y otros más agradecen no haber tenido para no ver la liguilla del futbol sin el Santos.

María José vive en la colonia Lázaro Cárdenas y tiene un mes viendo las mismas películas piratas de siempre. La que ha visto más de 10 veces es Rápido y Furioso 7 pero ya está hasta se sabe los diálogos. 

María José es una de decenas de ciudadanos que se quedaron sin televisión luego del apagón analógico. Tenía dos televisores tan viejos, que n siquiera tenían entrada para cables de DVD.   Sus papás, que también se quedaron sin televisión, le prestaron una para que al menos conectara un DVD. 

“Estoy aburrida. Desde que se apagó la tele las he visto 20 mil veces. Se me hace injusto porque mucha gente las empeñó y no es onda. Es injusto porque muchos tenían Oportunidades y les regalaron tele y ni hijos tienen”, reclamó.

María José tiene una hija y tiene una humilde miscelánea. “No se venden ni las moscas, todo  quieren regalado o fiado”, se quejó. A sus papás, adultos mayores, tampoco les entregaron alguna pantalla aún cuando les dijeron que les tocaría. 

Pensó que el apagón sería puro show, pero hace poco más de un mes, prendió la televisión por la mañana y no vio nada. Ni el 9 ni el 11 ni el 13. Comentó que no tiene dinero para rentar televisión por cable.

170 pesos al mes es una fortuna
Gonzalo González es un albañil, padre de tres hijos. Viven en la colonia Valle La Rosita. Gonzalo decidió hace apenas tres semanas contratar el dish, pero solo para una tele porque para más salía más caro. Apenas va a pagar la primera mensualidad: 170 pesos. “Sale caro, ya me va a tocar el primer pago y no hay jale. A ver cómo le hago”.

Gonzalo tenía tres televisiones, una la vendió, una está conectada al dish y la otra quiere empeñarla. El problema es que ya nadie las quiere. 

Dijo que contrató el sistema de cable únicamente por lo niños, porque “ya no andaban en qué distraerse”. Algunos días fue suficiente para tomar esa decisión. No le tocó pantalla del gobierno porque no alcanzó a registrarse en el programa Oportunidades. 

“Uno como quiera ya se sabe las novelas, las del 11 y las del 13, ya me las sé, siempre son la misma historia. Pero había un canal nuevo y ahí sí sacaban buenas novelas, series. No sé cuánto pueda aguantar con el cable sin trabajo”, mencionó.

Cerca de donde vive Gonzalo, un hombre mayor, Alfonso, también se quedó sin televisor. Es taxista y tiene dos hijos: “Lo único bueno del apagón fue que no vimos los partidos del Santos y así no sufrimos”.