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Anti independentistas marchan en Barcelona
Miles de personas salieron hoy a la calle en Barcelona para celebrar la Fiesta Nacional y reivindicar la unidad de España en plena tensión independentista en Cataluña, dos días después de que el Gobierno regional dejara en suspenso una declaración de secesión que mantuvo en vilo a todo el país.
La movilización, convocada por la entidad anti independentista Sociedad Civil Catalana (SCC), avanzó por el centro de la capital catalana bajo el lema "Catalunya sí, Espanya también" y con consignas como "España, unida, jamás será vencida" o "¡Viva España!”.
Con el grito "Puigdemont a prisión", algunos manifestantes también mostraron su enfado con el jefe del Gobierno catalán, Carles Puigdemont, quien el martes intervino en el Parlamento regional para declarar la independencia y suspender sus efectos instantes después para abrir un periodo de mediación y diálogo con Madrid.
Ahora, el país espera su reacción tras el requerimiento que le hizo el miércoles el Gobierno español de Mariano Rajoy para que aclare si declaró o no la secesión y, en caso de que así fuera, tomar medidas.
"Las dos partes deberían hablar, pero no sobre la independencia sino sobre una mayor autonomía para Cataluña", dijo a dpa María Elena, una jubilada que participó en la manifestación de hoy.
La marcha congregó en total a unas 65,000 personas, según la Guardia Urbana de Barcelona, una cifra que supera con creces las de años anteriores. Entre los asistentes hubo miembros del Partido Popular (PP) de Rajoy y del partido liberal Ciudadanos, entre ellos, su líder en Cataluña -y jefa de la oposición-, Inés Arrimadas.
"Firmeza democrática ante el golpismo delirante", pidieron los manifestantes en un manifiesto leído en la Plaza de Cataluña, en el corazón de la ciudad. "Cataluña es España y España es Cataluña. Todos juntos, democrática y pacíficamente, deicidiremos nuestro futuro”.
La movilización tiene lugar seis días después de una gran e histórica marcha a favor de la unidad de España en el centro de Barcelona, que congregó a un millón de personas, según los organizadores, y a 350.000, según la Guardia Urbana de Barcelona.