Anne, con E, una historia digna de atención

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Anne, con E, una historia digna de atención

Los medios de comunicación sufrieron grandes cambios en los últimos años, enriqueciéndose con otras plataformas, posibilidades que llegaron a los televidentes a través de vías como streaming, que comenzaron a capitalizar contenidos elaborados por medios propios, y atrayendo a sectores de la población amplios y muy diversos, con intereses muy específicos. Así cada familia dispone de sus propios perfiles en estos nuevos medios y de acuerdo a sus horarios.

Para los niños y adolescentes se diseñó hace un par de años en uno de estos nuevos medios de streaming una producción conocida como Anne con E, basada en una novela de la canadiense Lucy Maud Montmogery de 1908. De éxito desde su publicación, la novela tuvo además otra adaptación, y fue igualmente objeto de traducción del inglés al japonés por una notable escritora, Hanako Muraoka, quien vivió el gran terremoto en su país y fue testigo del horror de la Segunda Guerra Mundial.

Anne con E, tiene también su propia historia. Conocida originalmente como Ana, la de las Tejas Verdes, trata de una niña huérfana adoptada por un par de hermanos que necesitaban un chico para los trabajos de la granja. Dotada de una enorme imaginación, poseedora de un gran corazón, Anne se los gana y poco a poco al pueblo que en un principio la aísla por considerarla diferente, desde el color de su cabello, hasta su elocuente manera de expresarse.

Lo que por décadas se esperó de la televisión tradicional es ahora posible encontrar en estos medios. Tendríamos que remitirnos a los años setenta, seguramente, para encontrar contenidos en algún modo similares a las propuestas que ofrecen series de esta naturaleza.

Podríamos encontrarlos en series norteamericanas como “Los Pioneros”, así conocida en español, en inglés: “La casita de la pradera”, “Mis adorables sobrinos” o “La tribu Brady”, donde los problemas cotidianos y nuevas formas de convivencia social empezaban a ser tratados y retratados en esos programas.

En Anne, con E, es posible disfrutar de una historia en la que el eje central gira alrededor de una niña con conciencia social, amante de la Naturaleza, enamorada de las palabras y atenta a la responsabilidad que implica su uso.

Se manejan temas como el liderazgo, la autoridad bien entendida, el significado de las relaciones entre los miembros de la sociedad y el feminismo. Está situada a finales del XIX, siglo en que la electricidad despeja las tinieblas de la oscuridad, haciendo con ello un parangón de la importancia que ello tendría en una sociedad donde dominaba la oscuridad de la falta de razón.

De entre las muchas escenas entrañables y cargadas de gran simbolismo, recojo aquí una. Refiere el momento en que Anne se ve obligada por la mujer que la ha adoptado, Marilla, a mentir. Ha tomado una joya de la mujer para jugar con ella sintiéndose un personaje de sus sueños, y la joya queda atrapada en una silla, sin que Anne pudiera percatarse.

Cuando la mujer la interroga muy severamente, Anne se ve orillada a mentir, diciendo que el prendedor ha caído en un pozo. Marilla se convence, pero cuando más tarde descubre el broche en la silla se da cuenta de que ella misma empujó a la niña a decir una mentira.

Enseñanzas de esta naturaleza se van encontrando a lo largo de la serie. Enseñanzas que promueven a los televidentes el sentido de cuestionar propias formas de ver y entender cómo lo que se hace o se dice puede llegar a tener consecuencias inesperadas.

Interesantes abordajes a esta obra. Y en cuanto a la producción, muy recomendable. Temas que ahora mismo están en la atmósfera y que pueden llegar a fortalecer éticas formas de ser en sociedad.