Andrés Sepúlveda, el hacker que trabajó para EPN en las elecciones del 2012
Usted está aquí
Andrés Sepúlveda, el hacker que trabajó para EPN en las elecciones del 2012
"How to Hack an Election" es el título del texto en la revista Bloomberg Businessweek en el cual Andrés Sepúlveda revela el trabajo que realizó para Enrique Peña Nieto durante la elección presidencial del 2012 en México.
El equipo de Sepúlveda instaló software malicioso en las sedes de los contricantes del actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador y Josefina Vázquez Mota, a través de los que obtenía información cuando los equipos de los candidatos preparaban discursos políticos, se enteraba de las reuniones futuras de los oponentes y los horarios de campaña antes de que sus propios equipos lo hicieran.
Contaba con un presupuesto de 600,000 dólares y entre sus tareas principales tenía la creación de cuentas falsas en redes sociales, mejor conocidos como bots, que operaban a favor de Peña Nieto poniendo temas en la agenda como el plan del candidato del PRI para poner fin a la violencia del narcotráfico. Sepúlveda logró crear cerca de 30,000 bots de Twitter, y así inició conversaciones como la de que entre más creciera la candidatura de López Obrador, más se hundiría el valor del peso.
Cuando Enrique Peña Nieto ganó la presidencia de México Sepúlveda comenzó a destruir evidencia: "Perforó agujeros en memorias USB, discos duros y teléfonos móviles, calcinó sus circuitos en un microondas y luego los hizo pedazos con un martillo. Trituró documentos y los tiró por el excusado, junto con borrar servidores alquilados de forma anónima en Rusia y Ucrania mediante el uso de Bitcoins. Desbarataba la historia secreta de una de las campañas más sucias de Latinoamérica en los últimos años", asegura Bloomberg Businessweek.
Pero, ¿quién es este hacker que, a través del espionaje cibernético y el manejo de bots, parece haber influido en gran medida durante la pasada elección presidencial en México?
Sepúlveda es colombiano, tiene 31 años, es de constitución robusta, con cabeza rapada, barba de candado y un tatuaje de un código QR con una clave de cifrado en la parte de atrás de su cabeza. En su nuca están escritas las palabras “</head>” y “<body>”, una encima de la otra, haciendo alusión a la codificación.
Excompañeros de trabajo en Colombia, aseguran que Andrés "ha viajado por todo el mundo" y que en relación a su trabajo, "él hace las cosas por plata, no por ideología". Según el propio Sepúlveda sus servicios eran "hacer acciones de guerra sucia y operaciones psicológicas, propaganda negra, rumores, en fin, toda la parte oscura de la política que nadie sabe que existe pero que todos ven" y dice haber viajado durante ocho años a través del continente manipulando las principales campañas políticas.
Sus excompañeros dicen que el hacker aprendió los secretos de la política gracias a J. J. Rendón un consultor político con sede en Miami y aseguran que se volvió un experto en “hacer campaña sucia, a través de la creación de noticias falsas de otros candidatos para perjudicarlos”.
La carrera de Sepúlveda inició en 2005 con trabajos menores, principalmente se dedicaba a modificar sitios web de campañas y violar las bases de datos de los opositores con información sobre sus donantes de campaña.
Con el paso del tiempo consiguió reunir equipos para espiar, robar y difamar candidatos opositores a sus clientes en distintas elecciones presidenciales en América Latina.
Al norte de Bogotá, en Bucaramanga, Andrés Sepúlveda creció en medio de la pobreza. Su madre era secretaria. Su padre era activista y ayudaba a agricultores a buscar mejores productos para cultivar la coca, por lo que la familia se mudó constantemente debido a las amenazas de muerte por parte de narcotraficantes. Sus padres se divorciaron y a los 15 años, tras reprobar en la escuela, se mudó con su padre a Bogotá y utilizó una computadora por primera vez. Se inscribió en una escuela de tecnología donde aprendió a programar.
En su infancia fue testigo de la violencia que azotó a Colombia de la mano de las guerrillas marxistas. Según el texto de Bloomberg Businessweek, de adulto se unió a la derecha que emergía en Latinoamérica y creía que sus actividades como hacker no eran más diabólicas que las tácticas de aquellos a quienes se oponía por ideología, como Hugo Chávez y Daniel Ortega.
Andrés, siempre ha sido considerado en su círculo como un “esclavo del trabajo”. No tiene carro y quienes lo conocen dicen que le gusta la vida sencilla. No estudió en la universidad, pero nunca le ha faltado un trabajo.
Sepúlveda es aficionado a los tatuajes y a la música electrónica. Medios en Colombia dicen que se describe como un experto en algoritmos, programación y redes neuronales. No duda en calificar de “exitosa” su creatividad y su capacidad de generar programas que “superen las expectativas de sus clientes”.
El modus operandi de Sepúlveda era destruir todos los datos al culminar un trabajo, pero asegura que ha dejado algunos documentos de sus servicios para campañas presidenciales, con miembros de su equipo de hackers y otras personas de confianza a modo de “póliza de seguro” secreta.
Según medios en Colombia, el hacker menciona varias distinciones en publicidad en su currículum. También afirman que buena parte de sus colaboradores provienen del gremio de los publicistas.
El primer trabajo de Sepúlveda como hacker consistió en infiltrar el sitio web de un rival del candidato Álvaro Uribe a la presidencia de Colmbia, robar una base de dato de correos electrónicos y enviar correos masivos a los usuarios con información falsa. Recibió $15,000 dólares en efectivo por un mes de trabajo.
Sus equipos trabajaron en elecciones presidenciales en Nicaragua, Panamá, Honduras, El Salvador, Colombia, México, Costa Rica, Guatemala y Venezuela.
Entre los costos por sus servicios, Sepúlveda cuenta que por $12,000 dólares al mes, un cliente contrataba a un equipo que podía hackear teléfonos inteligentes, falsificar y clonar sitios web y enviar correos electrónicos y mensajes de texto masivos.
Otro paquete, el prémium, a un costo de $20,000 dólares mensuales, también incluía una amplia gama de intercepción digital, ataque, decodificación y defensa. Los trabajos eran cuidadosamente blanqueados a través de múltiples intermediarios y asesores.
Una persona que trabajó en la campaña de México y que pidió mantener su nombre en reserva por temor a su seguridad, confirmó en gran parte la versión de Sepúlveda sobre su función en dicha elección.
Actualmente, Andrés Sepúlveda cumple una condena de 10 años por los delitos de uso de software malicioso, conspirar para delinquir, violación de datos y espionaje conectados al hackeo de las elecciones de Colombia de 2014.
El hacker accedió a contar su versión completa de los hechos con la esperanza de convencer al público de su rehabilitación y así obtener respaldo para la reducción de su condena.